
Es un edificio originario de 1432, reconstruido en el siglo XVII y terminado en el XX, donde destaca su sencilla portada neoclásica y el retablo barroco de la Capilla del Sagrario (s. XVIII). Allí se ubica el Archivo Catedralicio y un sencillo Museo Diocesano. Muy cerca se halla el santuario de Santa María de Africa, de los siglos XV al XVII, con un retablo barroco y una imagen gótica (siglo XIV) de la patrona de la ciudad, la Virgen de Africa, traída de Portugal.