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Fenómenos Extraños En El Ayuntamiento De Ceuta.

Los extraños sucesos han adquirido dimensiones de leyenda entre la población. Todo sucede por la noche: un piano que suena sin que nadie lo toque, ascensores que suben y bajan solos, un toldo automático que se pliega y despliega misteriosamente. Entre los testigos hay funcionarios y policías municipales.

El agente Luis Díaz tras comerse tranquilamente su bocadillo, sentado ante la mesa desde la cual controlaba el resto del edificio, decidió hacer la ronda por las zonas más nuevas del inmueble. Las habitaciones del ala antigua se encontraban cerradas bajo llave y, por lo tanto, era imposible que albergaran a algún visitante inoportuno.
Después de recorrer todos los pasillos transitables, se acomodó de nuevo en su silla y se dispuso a leer hasta el amanecer. Pero sólo unos minutos después, su tranquilidad se vio enturbiada por un sonido inesperado. El sobresalto fue grande. Rápidamente acudió a la zona desde la cual procedía aquel ruido anormal. Pronto escuchó de nuevo los sonidos desacompasados, pero esta vez parecía que provenían del piano que se encontraba en el salón de actos. Sin más dilación, decidió pedir refuerzos, ya que no sabía quién o quiénes podían haber entrado ni con qué intenciones. Es así como advirtió a los dos agentes que se encontraban patrullando la zona en su vehículo.
ayuntamiento ceuta
Pocos minutos más tarde los tres policías inspeccionaban meticulosamente la sede del Ayuntamiento, comenzando por el lugar donde se hallaba el piano. Pero el edificio se encontraba desierto y no había señal alguna de que alguien hubiese entrado y salido, puesto que todas las puertas estaban cerradas por dentro con llave.
Tras marcharse sus compañeros y quedar de nuevo solo, el agente Díaz se mantuvo algo más tenso, pero prosiguió con su lectura. Al cabo de un rato escuchó de nuevo el piano, como si alguien lo aporreara, pero esta vez con más fuerza. De nuevo llamó a sus compañeros, que regresaron y repitieron la inspección rigurosa de todas las instalaciones, sin encontrar al misterioso intruso que parecía bromear, tocando una espectral melodía nocturna.
La mayor parte de los agentes que han realizado turnos de noche en este inmueble, fueron testigos involuntarios de fenómenos inexplicables que, en más de una ocasión, han hecho temblar al más valiente. Lo más frecuente eran las voces procedentes de un lugar indeterminado, difícil de ubicar. Murmullos que parecían proceder de distintos lugares al mismo tiempo. A veces, esas extrañas voces iban acompañadas por sonidos de pasos en las plantas superiores y por el ruido característico del trabajo de oficina, como movimiento de sillas que se arrastraban, máquinas de escribir, ruido de grapadoras, puertas que se cerraban y el trasiego rutinario propio de un ambiente en el cual deambulan y trabajan muchas personas.
Pero todo esto sucedía en las horas en que el policía que hace turno por la noche se encuentra solo en el edificio, sin que ningún extraño pueda entrar y salir sin ser visto. Una de las manifestaciones que más se repetían era que el ascensor comenzaba a cambiar de planta de manera automática, sin que nadie presionase los botones. Curiosamente, la puerta terminaba por abrirse siempre en la planta donde se encontraba el desconcertado agente de guardia. Alguna vez éste había llegado a empuñar su arma reglamentaria, ya que estas situaciones provocan momentos de tensión y sensación de peligro.
Uno de los principales fenómenos que recordaba Juan Vivas, alcalde por aquel entonces, era el de policías que afirmaban ver con cierta frecuencia la materialización de un hombre vestido con túnica larga y sombrero. Este fantasma se paseaba con tranquila parsimonia por los pasillos y habitaciones del Ayuntamiento y luego desaparecía repentinamente, de forma espontánea. Desde luego, una experiencia inquietante para cualquier persona.
Un día uno de los agentes, se encontraba sentado en la mesa de control de la entrada. La puerta principal estaba cerrada y no había nadie más en el edificio. En determinado momento escuchó un chirrido que procedía de la entrada, más concretamente de la zona del techo. Al mirar en aquella dirección, observó que un enorme toldo automático, que normalmente está plegado, había descendido unos centímetros desde su posición inicial.
El policía se quedó a la espera de que volviera a manifestarse el sonido. Entonces, el toldo comenzó a bajar lentamente, multiplicándose los chirridos. Finalmente se desplegó por completo. Pero cuando el agente pensaba que el misterioso episodio ya había concluido, el toldo empezó a subir hasta recuperar su posición original.
Al día siguiente, se informó del funcionamiento del mecanismo. Entonces descubrió que el toldo era automático y se accionaba pulsando unos botones que estaban en la caja de los fusibles y la alarma. Puesto que, durante la noche anterior, él estaba solo, la única explicación posible de lo sucedido era que alguna fuerza invisible hubiese activado aquel mecanismo.
Una de las posibilidades que barajan quienes han sido testigos de estos fenómenos paranormales es que pueden ser provocados por el espíritu errante del Sr. Sánchez Prado, el antiguo alcalde de la ciudad, quien da nombre a la propia calle donde se ubica el edificio del Ayuntamiento.
Este hombre fue muy querido en vida por los ceutíes, porque era médico y solía ayudar a quien lo necesitara sin pedir nada a cambio. Por este motivo, tras su muerte siempre fue recordado con cariño.
Algunos comentan que, durante su etapa de alcalde, solía vestir una capa muy parecida a la que describen aquellos que han visto la figura espectral en el Ayuntamiento. Tampoco faltan los testigos que van más lejos y afirman haber divisado un rostro parecido al de Sánchez Prado. De todos modos, el miedo a lo desconocido es tan fuerte que, en ocasiones, los policías han realizado su turno de vigilancia desde un vehículo y en el exterior. Según el alcalde actual, estas leyendas se transmiten desde hace más de veinte años.
Fuente consultada:http://labitacoradelmiedo.wordpress.com

LA MISTERIOSA APARICION DE TRES TUMBAS EN CEUTA



Hallan en Ceuta una necrópolis islámica del siglo XIII tras la aparición de tres tumbasCeuta, 3 ene (EFE).- Un grupo de arqueólogos ha localizado en Ceuta una necrópolis islámica perteneciente a los siglos XIII y XIV situada en una ladera de un monte, tras la localización en los últimos días de tres enterramientos en la zona.

Los hallazgos se han producido como consecuencia de una excavación llevada a cabo entre las calles Real y Molino previa a la construcción de varios bloques de viviendas en la zona, según ha detallado el arqueólogo Alfonso Palomo.

En la zona se tenía constancia, a través de escritos, de la existencia de una necrópolis islámica llamada "maqabriya", la cual se ha constatado tras la localización de tres tumbas de personas de confesión islámica.

Las tumbas, que han aparecido junto a otros restos, constatan el hecho de que la ciudad ceutí formaba parte de los territorios de la dinastía meriní.

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MISTERIOSO DESTINO DEL GUADALETE

 

Al anochecer del 24 de marzo de 1954, el dragaminas Guadalete zarpaba de Ceuta para una vigilancia rutinaria que debería conducirle hasta Melilla, ciudad que nunca le vería llegar, pues se hundió trágicamente hacia las seis de la tarde del día siguiente, víctima de una serie de defectos que agudizó un fortísimo temporal de levante.



  • LUIS MOLLÀ....
  • LA RAZÓN
  • La serie de dragaminas a la que pertenecía el Guadalete fue la respuesta de la Armada a la necesidad de rastrear las miles de mina abandonadas en el mar tras las guerras mundiales y nuestra propia Guerra Civil. Basado en un diseño alemán, eran buques proyectados para las tranquilas aguas bálticas y para quemar el excelente carbón de la cuenca del Rhur. La mala calidad del carbón nacional y las agitadas aguas de nuestras costas influyeron decididamente en su amargo y triste final.La noche del 24 ya fue mala. Hacia las tres de la mañana, el jefe de máquinas se quejaba al puente de que el carbón era tierra y que una vez quemado obligaba a un esfuerzo descomunal para mantener limpios los ceniceros. Al amanecer los taquímetros de velocidad descendieron a 90 revoluciones, incapaces de mantener el régimen requerido de 120. Dada la situación, el comandante reunió a los oficiales y entre todos llegaron a la conclusión de que en esas condiciones no podrían alcanzar el puerto de Melilla, a 90 millas, ni el resguardo de Alhucemas, a 60. Lo prudente era dar media vuelta y regresar a Ceuta.Durante dos horas estuvieron intentando virar sin éxito. La mar era una montaña de espuma y las máquinas no daban revoluciones suficientes para vencerla. Las olas barrían la cubierta y el agua entraba a bordo debido a un frisado deficiente, de modo que el dragaminas se hacía más pesado con cada golpe de mar. Fue entonces cuando se perdieron las comunicaciones con tierra.En esas circunstancias, el comandante decidió jugárselo todo a una carta y se arrojaron a la caldera mesas, bancos y toda la madera que pudiera alimentar el horno. La presión subió instantáneamente y con mucho esfuerzo se pudo ganar la virada. El barco puso proa al oeste, pasando a recibir la mar de popa como los zarpazos de un lobo hambriento y avanzando a impulsos de las olas más que al de su propia propulsión. Al amanecer el timonel informó que el servomotor del timón comenzaba a fallar. Con caídas intermitentes de las revoluciones de la máquina y fallos del timón, no quedaba sino esperar el momento dramático en que coincidieran ambos fallos, lo que vino a suceder cuando apenas era posible encontrar a bordo madera con que alimentar la insaciable caldera.Cerca del mediodía se produjo el temido fallo múltiple, el barco dio una guiñada y quedó atravesado a la mar con las máquinas paradas. Las olas seguían golpeándolo con fuerza y los compartimentos más expuestos comenzaron a inundarse más allá de la capacidad de achique de las bombas eléctricas. Los marinos multiplicaban esfuerzos tratando de ganar la partida al mar y la fatiga comenzaba a hacer mella en ellos cuando, hacia la una de la tarde, vieron aparecer un buque de guerra que les enviaba señales con un proyector en medio del temporal. Con el corazón lleno de gozo les hicieron saber su desdichada situación pidiéndoles remolque, sin embargo el misterioso buque se limitó a mantenerse en las proximidades sin identificarse ni prestar ningún tipo de auxilio, desapareciendo una hora después en dirección a Gibraltar. Nunca se supo su nombre ni su bandera.Con algunos trozos secos de carbón escogido, los marinos del Guadalete consiguieron arrancar unas revoluciones a la máquina y desde la radio acertaron a comunicar la situación del barco al dragaminas Guadalhorce, pero la suerte del barco estaba echada y cuando los hornos volvieron a apagarse, la dotación se concentró en el puente esperando la orden de abandono de buque, lo que se produjo hacia las seis de la tarde, cuando la noche comenzaba a tender su negro manto sobre las encrespadas olas del océano.Para entonces los zarpazos del temporal se habían llevado todas las balsas salvavidas menos una, alrededor de la cual se concentraron los náufragos que no cabían en su interior. Extenuados físicamente, la corriente tendía a separarlos del grupo, a pesar de los esfuerzos del alférez de navío Alfonso Moreno, que empeñaba sus gastadas fuerzas en mantener el grupo unido en busca de un golpe de suerte. Fue entonces cuando lo vieron venir.Se trataba del Podestá, un buque mercante de bandera italiana que con las últimas 

    luces del día había atisbado unos náufragos, dirigiéndose inmediatamente hacia el grupo lanzando al mar una serie de escalas, redes y roscos salvavidas a los que los náufragos se asían como la última luz de la esperanza. Pero habían pasado demasiadas horas expuestos a un mar duro y despiadado y apenas conservaban fuerzas, por lo que, en su ascenso al Podestá, algunos caían exhaustos, arrastrando en su caída al mar a otros pobres infelices que tampoco tenían fuerzas para sostenerse. Mariano García Romeral, un contramaestre que ya se había distinguido por su compañerismo y espíritu de sacrificio mientras el barco se mantuvo a flote, luchó hasta el último suspiro tratando de ayudar a sus compañeros a subir a bordo del buque italiano, cuando al fin él mismo consiguió alcanzar la seguridad de la cubierta cayó derrengado para nunca volver a levantarse. Su certificado de defunción apuntó como causa de la muerte el agotamiento extremo.A la mañana siguiente el destructor Císcar encontró siete cadáveres flotando sobre las olas. De un total de 78 hombres, 34 murieron o desaparecieron en el Estrecho. Queda para siempre el interrogante de qué hubiera pasado si el misterioso buque que asistió en silencio a la agonía del dragaminas se hubiera decidido a cumplir con la más elemental de las leyes de auxilio en la mar. En su conciencia queda.Que descansen en paz. Los que puedan.

    MISTERIOS EN SAN AMARO

     


    En el barrio de San Amaro ceuta, los misteriosos lamentos que se escuchan en la madrugada han dejado inquietos a muchos de sus habitantes. Algunos aseguran que estos llantos provienen de una presencia sobrenatural, mientras que otros creen que se trata de una persona en apuros. Esta situación ha generado un ambiente de incertidumbre y curiosidad entre los vecinos.

    La leyenda cuenta que una alma en pena ronda estas calles, buscando redención o tal vez intentando comunicar un mensaje no resuelto. Los más ancianos del barrio relatan historias de tiempos pasados, donde fenómenos similares ocurrieron, siempre envueltos en un halo de misterio. Estos relatos han sido transmitidos de generación en generación, alimentando la creencia en lo paranormal y manteniendo viva la tradición oral de la comunidad.

    A pesar de los temores, algunos vecinos han decidido investigar más a fondo el origen de estos llantos. Se han organizado en pequeños grupos para patrullar las calles durante la madrugada, con la esperanza de encontrar alguna explicación racional. Mientras tanto, la leyenda sigue creciendo, y la figura de la alma en pena se ha convertido en parte del folklore del barrio, uniendo a la comunidad en torno a este enigma compartido.


    Carlos corder ia

    El fantasma del hospital de Ceuta(audios)




    DIVISAN APACICIONES DE CIUDADES FLOTANTES FRENTE A CEUTA

     https://www.lavanguardia.com/

    El cabo de Trafalgar, donde en el año 1805 se produjo la célebre batalla naval con los ingleses, es un punto sensible para contemplar el fenómeno visual de la Fata Morgana



    Ciudad flotante divisada en el cabo de Trafalgar a causa del efecto Fata Morgana.

     Oscar Mario Jiménez Gayango / OMJG

    El cabo de Trafalgar, situado en el extremo noroccidental del estrecho de Gibraltar, en Los Caños de Meca (en Barbate, Cádiz), es famoso en los libros de historia porque, en sus inmediaciones, tuvo lugar el 21 de octubre de 1805 la célebre batalla de Trafalgar. Aquí, la escuadra franco-española fue derrotada por la inglesa al mando del almirante Nelson.

    Este punto es sensible a que se produzca el fenómeno visual de la Fata Morgana, que permite divisar las llamadas “ciudades flotantes” en el mar, tal y como ocurrió hace unas semanas frente a la costa de Barcelona, según reportaron varios testigos.

    “Comparto dos fotografías de Fata Morgana de esta tarde vista desde el cabo de Trasfalgar”, detalla Óscar Mario Jiménez Gayango a la hora de mostrar en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia sus instantáneas, en las cuales se puede apreciar cómo los barcos adquieren el aspecto de ‘ciudades flotantes’, generando visualmente estructuras que parecen edificios.

    No es el primer lector que apunta al estrecho de Gibraltar como una zona propicia para contemplar este fenómeno, pero sí que es el primero que muestra fotografías de este efecto sobre el mar. En este caso, las imágenes fueron captadas la tarde del 25 de diciembre.

    ¿Qué es el efecto Fata Morgana?

    El efecto Fata Morgana recibe su nombre del italiano ‘fata Morgana’ (es decir, hada Morgana), en referencia a la hermanastra del Rey Arturo (Morgan le Fay) que, según la leyenda, era un hada cambiante. Es un espejismo o ilusión óptica que se debe a una inversión de temperatura. Objetos que se encuentran en el horizonte como, por ejemplo, islas, acantilados, barcos o témpanos de hielo, adquieren una apariencia alargada y elevada, similar a “castillos de cuentos de hadas”. La fata morgana más célebre es la que se produce en la costa meridional de Sicilia, en el estrecho de Mesina, entre Calabria y Sicilia, aunque, como demuestran las fotos del lector, también se puede contemplar en el estrecho de Gibraltar.

    El avistamiento el sábado, día 23 de noviembre, desde la playa de Gavà Mar (Barcelona) de lo que podría ser una ciudad flotando en el litoral barcelonés abrió todo tipo de especulaciones, hasta que se dio por sentado de que se trataba de un gran barco mercante bajo el efecto Fata Morgana. También se reportó un caso de avistamiento en Asturias, frente a la costa de Gijón.

    En China, este tipo de fenómenos visuales son muy habituales y acostumbran a causar mucho revuelo en las redes sociales. No solo se da en el mar, sino en los barcos que surcan los grandes ríos del país.

    El caso Romasanta, el hombre-lobo..(AUDIOS) Murio en Ceuta

    POR CRONOVISOR...CADENA   SER

     
     SER Podcast

    Manuel Blanco Romasanta, nacido en Galicia, fue uno de los primeros asesinos en serie de la historia de España de los que se tiene noticia. Acabó sus días en el penal de Ceuta consiguiendo así evitar la pena de muerte. Jesús Callejo nos adentra en la biografía de este singular personaje a caballo entre lo mítico, decía ser un hombre lobo, y lo legendario





    Hallan antiguas minas de hierro y cobre en la zona del Hacho

    Ningún documento recoge la existencia de estas galerías que podrían datar de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Las primeras hipótesis vertidas sobre la investigación apuntan a que estas minas sirvieron para una explotación a nivel local. Septem Nostra y la Fundación Museo del Mar hacen un llamamiento a las autoridades para que emprendan medidas de protección, conservación y catalogación del hallazgo.http://www.ceutaactualidad.com/

    El geólogo, Francisco Pereila, en el interior de una de las minas descubiertas / CEDIDA



    La Asociación Septem Nostra y la Fundación Museo del Mar han dado a conocer los resultados preliminares de un novedoso estudio sobre el patrimonio geominero y arqueológico del Monte Hacho.
    Una investigación que ha dado como primeras conclusiones el hallazgo de diferentes minas de hierro y de cobre que podrían datar de finales del siglo XVIII y principios del XIX.
    Unas galerías de las que no se tiene constancia en ningún documento del pasado y que han sido descubiertas de pura casualidad por el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera. 
    El descubrimiento de un horno metalúrgico hallado en abril de 2016 ha sido el punto de partida de los descubrimientos posteriores. A partir de ese momento comenzaron las investizacione. En primer lugar se estudiaron los posibles yacimientos de hierro que pudieran existir en los alrededores de este horno. Dando con puntos concretos en la zona de San Amaro, el Sarchal e inclluso en Castillejos, cerca de la Mujer Muerta. 
    El siguiente paso fue el descubrimiento de cuatro minas que son las que han sido analizadas. Unas galerías, cuyos investigadores no han querido concretar su ubicación para no entorpecer la investigación, pero que se localizarían entre el Sarchal y el Hacho.
    El presidente de Septem Nostra, junto al geólogo ceutí, Francisco Pereila, el biólogo, Óscar Ocaña y otros profesionales se han adentrado en las galerías en las que se pueden observar oxidaciones en las pareces y pozos verticales. Es cuando accedes por los pozos cuando se puede apreciar la magnitud dfel lugar. "Una vez en el interior observamos sulfuros y sulfatos de cobre. Minerales que tapizan las paredes llamados "Flor de cobre", que se produce gracias a la acción del agua", ha explicado el geólogo, Francisco Pereila.
    La investigación continúa su proceso. Ahora se han mandado restos de los minerales encontrados a un centro especializado para despejar dudas. "Lo que tenemos claro es que no se tratan de minerales carbonatos", apunta Pereila.DSCF4871 (Custom) 
    Las primeras hipótesis vertidas sobre la investigación apuntan a que estas minas sirvieron para una explotación del hierro y del cobre a nivel local.
    Septem Nostra y la Fundación Museo del Mar hacen un llamamiento a las autoridades para que emprendan medidas de protección, conservación y catalogación del hallazgo.
    Está previsto que para mayo de 2017 estas minas puedan abrirse al público, aunque algunas son de muy díficil acceso

    LOS MISTERIOSOS PROYECTILES EN CONTRADOS EN CEUTA SIN EXPLOSIONAR

    El incendio deja a la vista dos proyectiles sin explosionar hasta ahora enterradas por la maleza...https://www.ceutaldia.com/

    CEUTALDIA....... J.S.  12 SEPTIEMBRE 2022 13:55 H.



    Los artificieros de TEDAX han tenido que explosionar dos artefactos hallados por la brigada forestal de Obimasa en los últimos días en las inspecciones de la zona quemada

    Los técnicos dela Brigada Forestal de Obimasa llevan trabajando incansables desde la noche del jueves, cuando las llamas empezaron a devorar la ladera sur del Monte de la Tortuga amenazando con alcanzar zonas pobladas. Hoy, cuatro largos días después, con el incendio ya extinguido siguen pateando la zona quemada, vigilando las columnas de humo que señalan las zonas donde aún sobrevive el fuego consumiendo algún tocón y buscando animales heridos o devorados por las llamas. Pero el fuego, además de dejar a la vista senderos hasta ahora casi invisibles y basura calcinada, también esconde sorpresas muy peligrosas.


    Explosivo militar hallado por la Brigada Forestal de Obimasa en la zona del arroyo del Te de la Mora.

    Desde que se diera por controlado el fuego, los técnicos de Obimasa han encontrado varios artefactos explosivos, en dos de ellos han debido actuar los TEDAX. Uno este domingo, el segundo este mismo lunes a los pies del Monte de la tortuga, muy cerca de donde se originó el incendio.

    Se trata de artefactos de origen militar que no explosionaron en su debido momento y a los que se perdió el rastro, enterrados por la maleza y los arbustos. Generalmente se encuentran en zonas de difícil acceso o poco transitadas, pero no era el caso del hallado este lunes, al pie del camino, muy cerca de la antigua fuente del arroyo del Té de la Mora.

     

    El puente fantasma del Estrecho...

     

    Los cronistas árabes aseguran la existencia de un gigantesco puente sobre el Estrecho de Ceuta que fue asolado a consecuencia de una elevación de las aguas. De ser cierto, la empresa arqueológica para encontrar sus restos merecería la pena. Mariano F. Urresti

                          El puente fantasma del Estrecho (espaciomisterio.com)


    La historiadora Julia Hernández recuerda que en el Islam existe un género literario que se ocupa de lo maravilloso. Los cristianos dirán mirabilia mundi allí donde los árabes dicen 'aya' ib o "maravillas de la creación".

    La fuente diferencia dos términos para comprender el sentido de este tipo de literatura. Por un lado, el adjetivo 'ayib define, según la fuente, "todo aquel fenómeno u objeto que causa admiración del hombre porque desconoce la razón que lo motiva y para la cual no se encuentra explicación dentro del nivel de conocimiento que posee". Por otro lado, el adjetivo garib se interesa por "aquellas manifestaciones de lo maravilloso que se producen raramente y que, por tanto, se alejan de la experiencia natural".

    En lo que atañe a esta colosal obra de arquitectura civil, son varios los autores musulmanes que la atribuyen al héroe Alejandro/Du l-Qarnayn, de igual manera que se ponen de acuerdo en afirmar que su destrucción fue debida a una súbita elevación de nivel de las aguas del océano y que los restos de aquella fabulosa obra aún se podían contemplar si las condiciones climáticas eran benignas.

    De entre los autores que se ocupan de este hito destaca al-Idrisi, puesto que él sí conoció la zona. Asegura que la longitud del Estrecho era de 12 millas, lo que coincidiría con la dimensión del puente atribuido al héroe Du l-Qarnayn. Uno de los extremos del puente se ubicaría no lejos de la ciudad de Tánger, mientras que el extremo español no se sitúa con claridad por las fuentes. Al-Dimasqi ofrece la siguiente versión de los hechos:

    "Según el relato de los matemáticos, Du l-Qarnayn llevó a cabo la construcción de este puente de la siguiente manera: en primer lugar construyó en las dos orillas, a gran profundidad y en el lugar donde las aguas son agitadas por los vientos, un muelle. Después reunió barcos y los unió entre sí con cuerdas. Una vez hecho esto, tomó cadenas de hierro y las unió a los barcos hasta que éstos formaron una cadena continua que se extendía de una orilla a otra en donde los fijó. Así, habiendo llevado otras tres líneas de cadenas, hizo dos filas de barcos que formaron un puente sólido. La distancia entre estas dos filas era de 40 codos (…) Posteriormente, cubrió el espacio ocupado por las aguas de planchas de madera unidas entre sí y tuvo cuidado de tapar las fisuras y de calafatearlo; de esta manera, parecía un colchón extendido sobre la superficie de las aguas y que ocupaba el espacio entre las dos cadenas de barcos".

    El relato de la construcción prosigue:

    "De igual manera, puso las bases de los pilares (…) cuya misión era soportar los arcos del puente. Entonces, los recubrió de madera hasta que ésta alcanzó la altura de una braza, bien calafateada y recubierta de hierro para, más adelante, construir dentro un cuerpo sólido de piedra y cal. De esta manera continuó elevando el cerco de madera al que llenaba de mampostería hasta que éste alcanzó el fondo del mar. (…) Tras haber construido todos los cuerpos sólidos y de haber levantado sobre ellos los pilares los reforzó con pequeñas bóvedas inaccesibles a las olas del mar y a la crecida de la marea. Dejó la construcción en este estado durante un año tras el cual regresó para completarla".

    LOS VESTIGIOS DE UNA OBRA ÚNICA

    El resto de la obra se desarrolló de este modo, según el cronista: "Entonces, habiendo puesto las cimbras, dio comienzo a la construcción de los arcos sobre los extremos de estos pilares. Esta fase de la construcción la terminó al año siguiente. En el curso del tercer año, levantó un puente cuya longitud era de 4000 a 4200 codos. Cuando esta obra llegó a su término el mar irrumpió y derribó todas las construcciones e inundó todas las regiones. Cuando no hay viento y la mar está en calma los navegantes (…) pueden ver todavía bajo las aguas los muros y los vestigios de este edificio".

     

    El misterio del «barco fantasma» que desapareció en el Estrecho de Gibraltar con 420 españoles a bordo

     

    Israel Viana....www.abc.es/

    Madrid



    El buque zarpó de Cádiz en 1895 y nadie supo jamás que ocurrió con él. El mar no devolvió a la costa ningún cuerpo y, mucho menos, supervivientes. Estamos ante una de las peores tragedias de la historia naval de España... y también ante uno de sus mayores enigmas

    «Cuando he visto las primeras imágenes del barco de Shackleton en el fondo del mar, casi rompo a llorar»


    El crucero Reina Regente zarpó de Cádiz hacia Tánger el 9 de marzo de 1895 y fue visto por última vez, pocas horas después, por la tripulación de los vapores ingleses Mayfield y Matheus. Tal y como informó ese mismo día 'El Liberal', «los moros embarcarán a las siete la mañana». El diario se refería a la embajada del sultán de Marruecos que había estado en Madrid intentado llegar a un acuerdo de paz con el Gobierno español, pero fracasó. Querían regresar a casa cuanto antes, sin imaginarse que estaban a punto de sufrir una de las peores catástrofes navales de nuestra historia, puesto que los 412 españoles que viajaban a bordo que desaparecieron para siempre, sin dejar rastro, en el estrecho de Gibraltar.

    Estamos hablando, posiblemente, del mayor misterio que se ha producido en la historia de la navegación de España y, por consiguiente, también de una sus peores catástrofe, a juzgar por el elevado número de víctimas. La tristemente famosa embarcación –bautizada así en honor a María Cristina de Habsburgo– había zarpado de Cádiz al amanecer y fondeó en Tánger pasadas las 9 de la noche, según el relato de otras cabeceras como 'El Día', 'La Época' o 'El Imparcial', que seguían a la delegación marroquí con sumo interés por la importancia de las conversaciones. Este último, de hecho, ya advirtió del temporal que se avecinaba.

    Según declaró el capitán del Mayfield, se encontraron con un durísimo chubasco y, en medio, a la infausta embarcación. Así se lo contó su tripulación a las autoridades marítimas españolas, que recogió la declaración en el siguiente informe: «El vapor dice que el buque que vio es parecido a la fotografía del Reina Regente. No notó que tuviese averías, pero daba grandes balances. Se hallaba a 12 millas al noroeste de Cabo Espartel, navegando hacia Cádiz». Y lo mismo hicieron con el Matheus: «El otro vapor se hallaba a la misma hora entre ambos buques con rumbo a embocar el Estrecho de Gibraltar y dirigirse a Génova. Dice que a las doce y media sufrieron un durísimo chubasco de viento y agua y que no puede decir más, salvo que pasó a una milla y media del mencionado buque, cuya nacionalidad ignora, entre frecuentes chubascos».

    Los primeros rumores de que la tragedia había tenido lugar fueron publicados por 'El Día' tres días después: «Un telegrama de Tánger manifiesta inquietud al ignorarse el paradero del crucero Reina Regente, que había salido de aquel puerto el domingo. Otros telegramas dan cuenta del naufragio del hermoso buque, pero no se ha confirmado. Las autoridades de Cádiz informan que el mar, sin embargo, ha arrojado a la playa efectos que son, sin ninguna duda, del Reina Regente. Hay rumores de que el naufragio sea un hecho. Si así es, España habrá perdido el segundo buque de combate que tiene: un hermoso crucero acorazado construido con los adelantos más modernos».

    420 víctimas

    El capitán, Francisco Sanz de Andino, debió recibir la orden de regresar inmediatamente a España, ya que partió en plena tempestad sin esperar a que la situación se calmara. Poco más se supo del crucero ni de sus 412 tripulantes «tras la súbita y total desaparición del barco», según recordaba 'El Diario Vasco' en 1970. Otras fuentes hablaban de 415 o 420 víctimas. «Y aunque se acaban de cumplir 75 años de la catástrofe, uno de los mayores misterios en la historia de la navegación, todavía hoy se ofician sufragios por las víctimas cada 10 de marzo en algunas iglesias de Galicia, puesto que casi todos los marineros del mencionado buque eran gallegos», añadía.

    El Reina Regente se había fabricado en los astilleros escoceses de James and George Thompson y era considerado el primer crucero moderno de la España de la Restauración. Su diseño fue verdaderamente avanzado y ambicioso para la época, con 95,50 metros de eslora, 15,25 de manga, 4.800 toneladas de desplazamiento y 12.000 caballos de potencia. Tal es así que había llamado la atención de los periódicos más prestigiosos del mundo antes, incluso, de ser entregado a nuestra Armada el 1 de enero de 1888.

    Antes de su desaparición, la vida del Reina Regente había transcurrido con mucha actividad: estuvo presente en la inauguración de la Exposición Universal de Barcelona ese mismo año y viajó sin parar entre Génova y La Habana, entre otros destinos, hasta que desapareció. «En círculos, cafés y casinos no se hablaba anoche de otro asunto que el posible accidente sufrido por el crucero. Algunos añadían: «Si desgraciadamente se confirma, además de la vida de 400 hombres, que es lo más importante, la Providencia se habrá llevado también de un golpe cuanto nos corresponde cobrar de Marruecos», añadía un día después 'El Correo Español'.

    Sin noticias

    Durante las siguientes jornadas, los periódicos españoles se hicieron eco de las discusiones en el Congreso de los Diputados sobre la tragedia y de la búsqueda de los culpables , al tiempo que reflejaban la pérdida de esperanzas de encontrar a alguien con vida. «Llevamos cinco días sin tener noticias del hermoso crucero de guerra. La ansiedad crece por momentos y con ella, triste es decirlo, la certidumbre de una catástrofe», podía leerse en 'El Día'.

    Nunca se supo a ciencia cierta qué ocurrió y, de hecho, todavía hoy existen varias teorías. Según declaraba a 'La Verdad' de Murcia el escritor Diego Quevedo, «el capitán se aventuró a zarpar, pues confiaba en la solidez del buque, pero zozobró. No hubo ni un superviviente y ni siquiera se encontraron los cuerpos. ¡Y no era un barco viejo! Era de los más modernos, un crucero protegido por un grueso blindaje y con poderosos cañones. Es probable que su participación en la Guerra de Cuba le habría ayudado a evitar aquel desastre, pero eso nunca lo sabremos».

    Durante aquellos dolorosos días, muchos testigos aseguraron haber visto al «barco fantasma» sobre las aguas del Estrecho acercándose a la costa. Incluso apareció una botella flotando con el supuesto autógrafo del segundo comandante del crucero, aunque más tarde fue calificado como una broma de mal gusto realizada por un gaditano anónimo. En 1970, el «Diario Vasco» contaba que solo se salvó un marinero de la dotación, al haberse quedado este en Tánger absolutamente embriagado. «Por supuesto fue arrestado -añadía-, pero la Reina Maria Cristina, titular del crucero perdido, pensó que quizá hubo algo de providencial en la salvación de aquel hombre y dispuso no solo que fuera puesto en libertad, sino que fuese licenciado del servicio militar».

    El enigma

    En 1956, recordaba ABC que «nunca pudieron concretarse las causas del desastre que privó a nuestra Armada de uno de sus mejores barcos, porque el océano se lo tragó para siempre sin dejar huella ni señal de los 420 hombres que llevaba a bordo. El hecho de que el mar no devolviese a las costas a ningún cadáver se explicó como una consecuencia de hallarse los tripulantes atados a sus puestos cuando el barco se hundió, para evitar ser arrastrados por el furioso oleaje. Nunca pudo satisfacerse la dolorosa curiosidad de saber el lugar exacto del naufragio, ni hacer fundadas conjeturas sobre las causas que lo originaron. Desde el 10 de marzo de 1895, la suerte del Reina Regente se convirtió en una pesadilla para todos los españoles».

    La explicación más probable de «aquel enigma» para el mencionado periódico vasco fue que se hundió de manera súbita, bien al dar la vuelta o al hundirse de proa, como consecuencia de «un sincronismo de balance o cabezada entre el movimiento propio del barco y el de las grandes olas. Tal coincidencia pudo aumentar tanto el cabeceo del navío que este, inclinándose mucho de proa hacia el mar, pudo hundirse instantáneamente en el sentido mismo de la marcha». La «Gaceta de Madrid» -que hacía las veces del actual BOE- tardó un mes en publicar una nota oficial y una orla de luto para dar definitivamente por perdido al barco.

    La prueba del mal estado del mar aquel día es que se perdieron otras embarcaciones en la costa andaluza. Por ejemplo, el vapor Carpio con 40 pasajeros cuando se dirigía de Huelva a Cádiz. La comisión técnica encargada de esclarecer las causas del Reina Regente admitió la posibilidad de que el temporal, al inundar las cubiertas y los compartimentos de proa, hizo zozobrar al crucero, que ya en esos momentos navegaba sin control por una posible avería en el timón o en las máquinas. «Sin embargo, ni esta razonable explicación ni otras fueron admitidas por las madres, esposas, novias y hermanas de los marineros, puesto que nunca hubo una sola prueba real que confirmase el naufragio. Tal es así, que siguieron durante años confiando en el regreso de sus seres queridos», subrayaba el «Diario Vasco».

    En 2009, el Gobierno de España puso en marcha un plan para que los barcos de la Armada comenzaran a buscar y proteger pecios históricos como el Reina Regente, según pudo saber ABC por fuentes del Ministerio de Defensa. Y, de hecho, se puso a disposición del Museo Nacional de Arqueología Marítima de Cartagena una serie de buques y buzos para detectar el mencionado crucero, pero la tarea nunca llegó a concluir.

    El misterio del «barco fantasma» que desapareció en el Estrecho de Gibraltar con 420 españoles a bordo


    https://www.abc.es/
    El buque zarpó de Cádiz en 1895 y nadie supo jamás que ocurrió con él. El mar no devolvió a la costa ningún cuerpo y, mucho menos, supervivientes. Estamos ante una de las peores tragedias de la historia naval de España... y también ante uno de sus mayores enigmas


     El crucero Reina Regente zarpó de Cádiz hacia Tánger el 9 de marzo de 1895 y fue visto por última vez, pocas horas después, por la tripulación de los vapores ingleses Mayfield y Matheus. Tal y como informó ese mismo día 'El Liberal', «los moros embarcarán a las siete la mañana». El diario se refería a la embajada del sultán de Marruecos que había estado en Madrid intentado llegar a un acuerdo de paz con el Gobierno español, pero fracasó. Querían regresar a casa cuanto antes, sin imaginarse que estaban a punto de sufrir una de las peores catástrofes navales de nuestra historia, puesto que los 412 españoles que viajaban a bordo que desaparecieron para siempre, sin dejar rastro, en el estrecho de Gibraltar.

    Estamos hablando, posiblemente, del mayor misterio que se ha producido en la historia de la navegación de España y, por consiguiente, también de una sus peores catástrofe, a juzgar por el elevado número de víctimas. La tristemente famosa embarcación –bautizada así en honor a María Cristina de Habsburgo– había zarpado de Cádiz al amanecer y fondeó en Tánger pasadas las 9 de la noche, según el relato de otras cabeceras como 'El Día', 'La Época' o 'El Imparcial', que seguían a la delegación marroquí con sumo interés por la importancia de las conversaciones. Este último, de hecho, ya advirtió del temporal que se avecinaba.