EDITOR

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lunes, 26 de marzo de 2018

MISTERIO EN EL TANATORIO DE CEUTA

El periódico español La Razón publicó el 14/11/2002 que veinte policías están "peinando" la playa de Ceuta entregados a la extraña tarea de buscar el «fantasma de la funeraria». ¿Qué había sucedido? Desde la madrugada del lunes 11, unos ruidos de origen desconocido tienen aterrorizados a los empleados del turno noche de la Funeraria Municipal de Ceuta. Según fuentes policiales, la alarma saltó alrededor de las cuatro de la mañana del lunes, cuando los operarios del tanatorio llamaron a la comisaría de Policía Local denunciando que habían oído unos misteriosos gritos y lamentos intermitentes cuyo origen no podían determinar. Seis agentes se desplazaron al lugar, para unirse en la búsqueda a los dos funcionarios del tanatorio que estaban de guardia y al vigilante de una factoría vecina de carburantes, que también había oído «claramente» los «gritos y lamentos de una mujer». Buscaron y buscaron y no hallaron rastro de ninguna mujer, a pesar de que los policías también oían los tenebrosos sonidos. Según declaró a LA RAZÓN el jefe de Policía de Ceuta, Ángel Gómez, «los agentes se quedaron sorprendidos de la claridad con que se oían los gritos, que parecían provenir de la planta superior de la funeraria». Sin embargo, cuando subían para buscar su origen, «se percataban de que entonces venían de abajo». Tras varias horas tratando de localizar la causa de los misteriosos lamentos, los agentes abandonaron el lugar no sin antes registrar los alrededores del edificio sin resultado positivo. Los empleados de la funeraria agregaron que eran gritos como de ultratumba, e iban acompañados por «sonidos de reunión como si hubiera un velatorio», a pesar de que esa noche no había actividad alguna en el edificio, como sí suele ocurrir en otras ocasiones. Los policías rastrearon los alrededores del tanatorio y nada. Peinaron la playa contigua y tampoco. La hipótesis más sólida es que se trate de un animal parturiento que se coló en algún conducto. Pero no hallaron rastros del posible túnel ni gata que haya parido. «Ya se sabe que los gatos pariendo o peleando producen unos ruidos que pueden confundirse fácilmente con gritos o lamentos de niños y mujeres», aclara Gómez. La veintena de agentes dedicados en cuerpo y alma a la ardua tarea de hallar el origen de los gritos de ultratumba sólo encontraron arena en la playa del barrio de San Amaro. También se supuso que algún bromista con humor negro pudo haber escondido un grabador con gritos, pero tampoco se hallaron indicios que permitan sostener tal hipótesis. La Razón concluye "puede que sea una cliente insatisfecha de la funeraria que reclama una compensación desde el otro mundo. Nunca se sabe."