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VIDA Y OBRA DE SAN DANIEL Y COMPAÑEROS MÁRTIRES EN CEUTA.
PEQUEÑA BIOGRAFIA DE SAN DANIEL.
Daniel Fasanella nació en Italia, en el pueblo Belvedere Marítimo, proviniendo de familia noble (Fasanella). San Daniel era sacerdote secular, cuando hizo oidos a las maravillas que realizaba el patriarca San Francisco, quiso conocer en persona a tan milagroso Santo. Visitándole en Agrópolis recibio de sus manos el seráfico hábito en diciembre de 1219. Poco después pasó a Calabria donde San Francisco le encomendó la tarea de convertirse en ministro provincial. San Daniel hizo el noviciado durante cinco años en el célebre Convento de Carillano. Durante este tiempo forjó su caracter de humildad, pobreza y obediencia a Dios. Terminado este tiempo de forjado interior, San Daniel ya estaba preparado para poder realizar su anhelo de predicación del evangelio. También le fue encargada la tarea de fundación de varios conventos. En realidad fueron dos los conventos que nuestro Santo Patrono fundó. El primero fue en un lugar denominando “El lago” y el segundo en Gerece Superiore.
VIAJE A CEUTA.

San Daniel y sus compañeros mártires se reunen en el convento de Santa María del Socorro, de allí parten a Castrovillari para solicitar recomendaciones y permiso del beato fray Pedro. Desde Castrovillari parten a Belvedere Marítimo a fín de conseguir todos los medios necesarios para el gran viaje. Fué en Belvedere donde adquieren una nave con la que se trasladan a Livorno y atravesando el rio Arno, llegan a Florencia en diciembre de 1226, aquí en Florencia permanecen resguardados todo el invierno, es ya en primavera cuando parten para Barcelona y de allí a Tarragona. Estando en Tarragona esperan a la nave que les traiga hasta Ceuta. La llegada a Ceuta se produce el 26 de septiembre de 1227. No cabían de gozo a su llegada a Ceuta y poder empezar a predicar el evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
CAMINO AL MARTIRIO.

San Daniel y sus compañeros Santos planearon que su primera decisión sería ir a Marruecos para que fuera allí donde empezar a predicar la fe cristiana, pero se dieron cuenta que podían perfectamente comenzar en Ceuta su camino pues era en esta ciudad donde confluian todas las circunstancias que hacían necesario el comienzo de su gran labor pastoral. Esta ardua tarea que todos acogieron de buen grado comenzó practicamente después de tomar tierra en Ceuta, empezando a predicar la palabra de Dios a los cristianos que les dieron buena acogida. Estos cristianos se encontraban situados fuera del recinto amurallado de Ceuta, basicamente eran mercaderes. En este barrio de cristianos existía una pequeña iglesia o ermita conocida con el nombre de Santa María de Marruecos. Pasados los dias planearon el comienzo de la predicación a todos aquellos que no comulgaban con la fe de Cristo. Los cristianos cuando supieron de sus propósitos, intentaron que desistieran de sus intenciones, pero ellos al contrario reafirmaron su convicción decidida de morir por Jesús Salvador. El primer sábado de octubre todos se confesaron y recibieron la Sagrada Comunión de manos de San Daniel. El domingo durante el alba entraron los siete religiosos en la ciudad secretamente, puesto que no les estaba permitido a ningún cristiano entrar en ella sin permiso especial de los sarracenos. Vistiendo los hábitos y con enorme valor y cubiertas sus cabezas de cenizas, discurrían los Santos por las calles y plazas donde había más concurrencia de infieles gritando a voz en grito que no hay salvación fuera del nombre de Jesús. Paraban a los moros dandoles las prerrogativas de la Salvación, cuando estos oyeron semejante discurso, se encendió entre los infieles la ira, se abalanzaron sobre los religiosos, apaleándoles, escupiéndoles y golpeándoles. De no ser por los letrados musulmanes hubieran muerto allí mismo, salvarón momentaneamente a los cristianos prefiriendo llevar el asunto por el rigor de la justicia. De allí condujeron al predicadores a la presencia del gobernador o juez Arbaldo. El gobernador ordenó encarcelarlos para poner

en prueba su constancia, valentía y arrojo de los clérigos cristianos. Los moros intentaron en vano disuadirlos de su fe, intentaron hacerles desistir de su

entereza pero éstos permanecían firmes en la fe, replicándoles San Daniel que Mahoma era un falso profeta y que solamente la ley cristiana era la verdadera. Ocho dias estuvieron nuestros mártires en oscuras y deleznables mazmorras, recibiendo tormentos y vejaciones. En la carcel tuvo lugar un milagro con el que Dios quiso constatar la virtud y fe de todos ellos, haciendo que las celdas se inundaran de luz y explendor, rompiéndose las cadenas que sujetaban manos y pies, mientras cantaban jubilosamente alabanzas al Señor su Dios. Los guardias que observaron tal milagro huyeron despavoridos y temerosos para contárselo al gobernador. El gobernador comprobó in situ que era verdad lo que sus hombres le habían contado. Arbaldo entonces pensó que los Santos eran unos magos que a través de hechizos y brujería intentaban embaucar a todos sus hombres. El gobernador los llevó a palacio e intentó sobornarlos con promesas y regalos para que abandonasen definitivamente la fe en Cristo y se abrazaran a la fe en el Corán. Ante la insistente negativa de los Santos, Arbaldo no tuvo más compasión y los condenó a la pena de muerte.
EL MARTIRIO.
Es sabido que cuando los Santos oyeron la sentencia de muerte se llenaron de júbilo como si fuese la mejor de las noticias que les podían haber dado. Los Santos, pues, recibieron las sentencias de su martirio como los campos polvorientos y secos reciben la deseada y refrescante lluvia. Llevaban delante un pregonero que relataba la causa de la condena a muerte y detrás una comitiva de turba enfurecida, llegaron a la plaza donde debía consumarse la condena a muerte. En Ceuta existe una playa conocida vulgarmente con el nombre de “Playa de la sangre”, con lo que se indica que fue allí donde sus Santos recibieron la palma del martírio. Practicamente todos los autores viene a señalar que San Daniel y compañeros mártires fueron decapitados, sus cuerpos entregados a la chusma hasta que los cristianos recogieron sus sagradas reliquias.
CEUTA Y SAN DANIEL ACTUALMENTE.
A través de todos estos siglos se ha venido celebrando anualmente la festividad de los Patronos, San Daniel y compañeros mártires. En la Catedral de Ceuta, se encuentra su capilla, situada en el centro de la girola, ornada con unas polícromas vidrieras que representan distintas escenas del martirio. Allí aparecen con sus nombres las figuras de DANIEL, DÓNULO, ÁNGEL, SAMUEL, LEÓN, NICOLÁS y HUGOLINO. En la capilla de nuestros Santos mártires también se encuentran sus reliquias.
LOS MÁRTIRES DE CEUTA.
Daniel con seis hermanos, inflamados
de amor por Dios, tomaron la aventura
de llegar a “Principio de Hermosura”
a enseñar evangelio confiados.
En la dulce quietud noble y sencilla
de una Ceuta dorada y rumorosa,
echaron como polen de una rosa,
de Cristo la verdad de su semilla.
No contaron que sus pasos perseguían
enemigos por odios fustigados,
que alfanje y cimitarras esgrimían.
Las voces de los siete enmudecieron
al ser por sus verdugos degollados,
pero aquí sus semillas florecieron.
JOAQUÍN AMADOR.