Escrito por francisco Sánchez Montoya
Con el fallecimiento de Juan Bravo, los ceutíes perdemos a unos de los pilares de la investigación en nuestra Ciudad, su dedicación y amplios conocimientos son difíciles de superar.La noticia de la muerte de nuestro gran investigador y sobretodo amigo Juan Bravo, no nos podía coger de sorpresa porque sabíamos de su enfermedad, pero todos los que hemos compartido tertulias y conocimientos con este ilustre ceutí, nos resistíamos a que fuera verdad.Rápidamente el Instituto de Estudios Ceutíes, del que fue director, nos lo confirmó. Fue mucho lo que aprendimos todos los que de alguna forma estábamos junto a el, siempre dispuesto a enseñar, pero nunca dándose importancia, con tu diáfana sencillez.
Recuerdo aquel vino que nos tomamos hace unos meses en el Puente de la Almina, y con tu buen humor nos despedimos, en espera de tu mejoría. No pudo ser, si existe otro mundo, allí seguiremos con nuestras aventuras históricas. Es muy difícil definir a Juan Bravo, fue sobretodo un hombre libre, que hizo de su “dedicación” a la investigación su pasión, o como escribió el poeta sevillano Antonio Machado, en su libro Campos de Castilla en un célebre autorretrato: Soy, en el buen sentido de la palabra, un hombre bueno.