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El 22 de julio de 1921, Abd el-Krim atacó el campamento hispano de Annual junto miles de kabileños. Ante el empuje enemigo, el oficial al mando ordenó una retirada precipitada en la que fallecieron miles de soldados. Posteriormente, el triste suceso sería conocido como el Desastre de Annual
Esta decisión, así como su estrategia de tomar a marchas forzadas las regiones ubicadas al norte del Rif sin consolidar el territorio conquistado, hicieron que se ganase la fama de torpe y excesivamente osado
¿Fue el militar demasiado arrojado? ¿Fue el único culpable de aquella tragedia? Fernando Pasquín, Salvador Fontenla y Javier Santamarta analizan hoy para ABC Historia el suceso
«Catástrofe». Con esta palabra definió -hace más de 80 años- el diario ABC la masacre de entre 8.000 y 13.000 soldados españoles en el campamento de Annual (ubicado en las cercanías de Melilla). La fecha en la que se produjo esta infamia quedó grabada para siempre en los anales de la historia rojigualda: 22 de julio de 1921. Y no es para menos, pues aquel día se sucedió una de las mayores tragedias militares de la Historia militar de nuestro país. El suceso, de hecho, encogió el corazón de una Península que todavía estaba digiriendo la pérdida de las últimas colonias a manos de los Estados Unidos. «El país ha de enterarse a que límites ha llegado el sacrificio de sus hijos, cuyos rasgos brillan como el oro en los fondos oscuros del cuadro», escribían los reporteros del Telegrama del Rif.
Todo aquel dolor, aquella inquina acumulada por la muerte de miles de soldados españoles, rompió a tal nivel el alma de la sociedad que, desde todos los estamentos, se hizo lo imposible por buscar un culpable al que señalar con el dedo.
El elegido fue el general Manuel Fernández Silvestre, comandante general de Ceuta y Melilla y artífice del avance peninsular por el Rif con el objetivo de pacificar la zona. Sobre él recayó la responsabilidad de haber extendido demasiado las líneas de avituallamiento, de no consolidar el territorio arrebatado a los nativos antes de seguir a marchas forzadas la conquista de las kabilas (tribus) enemigas y, finalmente, de haber ordenado la retirada precipitada del campamento de Annual. La víctima no podía ser más idónea, pues el militar se hallaba desaparecido tras el ataque.
Así fue como, a base de pluma, se generó una leyenda negra más que dolorosa alrededor de Silvestre. Un héroe de la guerra de Cuba que, para algunos historiadores y expertos en el tema, fue el tonto útil perfecto. Así lo creen -y lo afirman a ABC- autores como Fernando Pasquín, Salvador Fontenla y Javier Santamarta. Tres expertos que, a pesar de que atribuyen parte de la responsabilidad al oficial, también son partidarios de que fue crucificado injustamente.
Camino al Rif
Manuel Fernández Silvestre, hombre con un coraje tan descomunal como su gigantesco mostacho, vio la luz el 16 de diciembre de 1871 en el Caney. La misma región de aquella Cuba colonial en la que el general Vara de Rey se dejaría la vida -junto a un puñado de españoles- combatiendo contra los Estados Unidos dos décadas después. Hijo de una nativa y de un teniente de artillería, pronto abandonó su adolescencia y se convirtió en un corpulento muchacho de 1,72 de altura con ganas de buscarse un hueco en el mundo militar. Así lo demuestra el que, allá por 1889, ingresara en la Academia General Militar de Toledo. Escuela donde se ganó a pulso el título de Segundo Teniente de Caballería en 1893.
Español de corazón, aunque amante de su tierra natal, Silvestre regresó voluntario a Cuba poco después. Más concretamente, cuando se le informó de que las revueltas locales que clamaban por la independencia se habían recrudecido. Allí, se destacó por su gallardía en el Regimiento de Caballería de Tetuán número 17. «En Cuba le llegaron a herir cuatro veces en la misma contienda. En todas ellas se cayó del caballo, pero volvió a subirse a pesar del dolor. La cuarta vez incluso cargó contra el enemigo y terminó ganando la batalla», explica el teniente coronel Francisco Pasquín (autor de varios ensayos sobre Annual) en declaraciones a ABC........MAS