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Desde hace mucho tiempo, los lugareños más ancianos de la ciudad de Ceuta, venían contando una leyenda que ocurrió hace más de doscientos años.
Esta historia no se sabe si es real o no, pero lo cierto es que es bastante interesante.
Se dice que una de las playas más bonitas de la ciudad, en un tiempo atrás era mucho más grande que ahora, pero debido a los fuertes temporales de levante, la arena se la fue llevando el mar, hasta dejar hoy día ésta pequeña cala.
Allá por 1818 un joven llamado Tomas el cual era pobre, se construyó una pequeña casa de madera usando palets y el material que iba encontrando.
Se dice que esta persona salía todas las mañanas a nadar por la playa, y pasaba largas horas pescando desde la orilla.
Una noche de luna llena, el joven tenía sus cañas echadas, cuando divisó algo en la piedra que se ve justo al fondo.
Esta historia no se sabe si es real o no, pero lo cierto es que es bastante interesante.
Se dice que una de las playas más bonitas de la ciudad, en un tiempo atrás era mucho más grande que ahora, pero debido a los fuertes temporales de levante, la arena se la fue llevando el mar, hasta dejar hoy día ésta pequeña cala.
Allá por 1818 un joven llamado Tomas el cual era pobre, se construyó una pequeña casa de madera usando palets y el material que iba encontrando.
Se dice que esta persona salía todas las mañanas a nadar por la playa, y pasaba largas horas pescando desde la orilla.
Una noche de luna llena, el joven tenía sus cañas echadas, cuando divisó algo en la piedra que se ve justo al fondo.
Por la silueta se podía distinguir el cuerpo de una mujer, pero de cintura para abajo se veía una gran cola.
El joven en un primer momento se quedó observando aquella extraña criatura, a través de la luz de la luna se veía claramente como movía su cola. Pero al rato aquella criatura se metió en el agua y no volvió a aparecer.
Por supuesto Tomas se quedó muy intrigado queriendo saber qué era aquel ser, así que a la mañana siguiente cogió unas gafas de buceo y estuvo mirando por toda la playa. Pero no encontró nada, así que espero a que cayera la noche para ver si la volvía a ver.
Sobre las 12 de la noche un leve chapoteo alertó a Tomas, entre las piedras volvió a aparecer aquella mítica criatura, pero ésta vez aquel ser comenzó a tatarear una canción.
Tomas quedó en trance al escuchar ese canto tan relajante y místico, y sin mediar palabra se lanzó al mar y fue hacia donde estaba la sirena.
Allí encontró una bella mujer de pelo rubio y ojos azules, y de cintura hacia abajo tenía una gran cola azulada que le brillaba al sol.
— ¿Tienes miedo? — le preguntó la sirena
— No — , contestó Tomás, — solo quiero seguir a tu lado escuchando esa voz. Jamás había oído algo igual — .
— Yo soy Siren, la reina del mar, tú eres el elegido, quiero que te vengas conmigo al triángulo de las bermudas- —
— Haré lo que me pidas, mi reina — , contestó Tomas.
Entonces la sirena tomó la mano del joven y ambos se sumergieron en el mar.
La sirena puso su boca en la de Tomas para darle oxígeno y juntos emprendieron el gran viaje hacia el triángulo de las bermudas.
El gran viaje a través del océano fascinó al joven, toda clase de criaturas marinas fueron apareciendo por el basto océano, incluso un gran tiburón blanco apareció de la nada, pero al ver a la sirena huyó rápidamente, parecía que le tenía miedo.
Finalmente llegaron al triángulo de las bermudas, allí la sirena se sumergió junto al joven, pero una gran fuerza invisible envolvió a Tomas y comenzó a impulsarlo hacia abajo. En aquel momento comenzó a sentirse mal y perdió el conocimiento.
Cuando abrió los ojos despertó en el suelo, aquel sitio era muy extraño, todo era de color azul, justo arriba de él una gran cúpula invisible lo separaba del mar, estaba en un mundo sumergido en el océano, allí abajo habían las mas bellas mujeres que había imaginado, todas lo miraban extrañadas, parecía que nunca habían visto a un hombre.
Entonces la reina Siren apareció detrás de él y rápidamente aquellas mujeres bajaron su cabeza rápidamente, y Siren comenzó a hablar:
“Mis hermanas, hoy es un día muy especial, al fin he encontrado al elegido. El que traerá al fin nuestros días de gloria a nuestro mundo”
— Tomas, hace muchos años un ser muy poderoso del cual no puedo decir su nombre nos maldijo, este ser es el creador de esta falsa ilusión a la que llamas vida, nosotras solo somos ángeles que fuimos condenadas a vivir eternamente en el mar, y el día de nuestra venganza por fin ha llegado, toma esta piedra mágica, puede conceder cualquier deseo a los humanos, pero necesitarás estar en tierra firme para que funcione — .
— Necesito que levantes esta piedra hacia el cielo y digas en voz alta que quieres romper la maldición de las sirenas — .
— Cuando hagas esto por fin quedaremos liberadas y podremos pisar tierra firme — .
Tomas, se arrodilló ante Siren, y le dijo: — claro que sí mi reina, haré todo lo que me pidas — .
— Muy bien Tomas, te devolveré a tierra firme — . Nuevamente la reina y el joven retomaron el viaje de vuelta hacia la playa, una vez llegaron a la orilla, la sirena entregó la piedra mágica a Tomas y se marchó de allí.
Aquella piedra era de un azul brillante, parecía ser un cristal de esos que se encuentran en la orilla de la playa, pero algo le decía que no debía hacer aquello, sentía que estaba siendo utilizado por alguna fuerza desconocida, pero aún así alzó la piedra hacia el cielo y pronunció las palabras: — Rompo la maldición de las sirenas — .
Una ligera brisa se deslizó por su mejilla y el cielo comenzó a oscurecerse, un gran trueno impactó en el mar y comenzó a escucharse unas maléficas risas que provenían del interior del mar.
Entonces ante él comenzaron a salir varias mujeres del mar, con miradas de maldad.
— Te hemos engañado, acabas de liberar a los demonios del agua, ahora podremos caminar entre vosotros los humanos y gobernaremos vuestro mundo — .
Tomas cayó de rodillas en la orilla, y se dijo a si mismo, — ¿que he hecho? he sido engañado por demonios — , entonces se le ocurrió la idea de que podría rehacer la maldición alzando de nuevo la piedra.
Pero entonces una de las sirenas agarró a Tomás del cuello y le quitó la piedra, esto ya no te sirve, ahora la destruiré.
La sirena cogió la piedra la apretó con su puño y la destruyó en mil pedazos.
Entonces Tomás comenzó a huir, y se cuenta que se marchó a Marruecos, allí se asentó en el desierto del Sáhara donde pasó el resto de su vida.
Las malas lenguas dicen que aquel hombre enloqueció y nunca llegó a ser el mismo.
Hoy día se dice que su espíritu aún vaga por aquel desierto, y se les aparece a las personas que se pierden en el desierto, porque después de lo que hizo su alma jamás volverá a descansar en paz.