A mediados del siglo XVIII, de las principales necesidades de la ciudad era la leña. Uno de los pocos combustibles de la época, junto al carbón. La inexistencia de ella en la plaza, obligaba a salir al exterior o “campo del moro” con el fin de abastecerse de ella.
El día 9 de diciembre de 1588, sale de la plaza una columna al mando de Diego de Mexía, cayendo en una emboscada, donde perecieron 45 soldados y otros 200 fueron hecho prisioneros.
Todos estos acontecimientos suceden a pesar de las relaciones cordiales que por entonces existían entre Fez y Madrid. Eran frecuentes los ataques de las cabilas cercanas a Ceuta, como el Biuts, Anyeras, Bani-M´sala y Ain-Dehicha, claro ejemplo de la poca o ninguna influencia que ejercía el sultanato de Fez, sobre la mayoría de las cabilas magrebíes. Ello obligaba a los ceutíes a vivir en continuos sobresaltos