HISTORIAS DEL AYER...POR José Mª Fortes Castillo
Me contaba mi abuelo José, que cuando el inicio de sus venidas a Ceuta para pescar allá por el año 1904, en Ceuta, los africanos, que así llamaban los pescadores venidos de la Península a los nativos, utilizaban el sistema de pesca denominado “la espera”. Este sistema consistía en estar sentado en una atalaya o montículo de manera que pudiera otear la mar y detectar “las manchas” o los pájaros-las aves marinas que acuden a devorar los peces-. A estas acumulaciones de peces la denominaban «arda*», que podían ser de boquerones, jureles, sardinas o caballas generalmente.
La población marinera se concentraba en la zona comprendida entre Puente Almina-hoy Plaza de la Constitución- y Puente del Cristo.
Desde Puente Almina hasta levante, la orilla era escabrosa y poco apta para el varado de busetas-tipo de bote muy utilizado por entonces-. Desde Puente del Cristo a poniente, está limitado por el Foso y el puente levadizo, que a la caída de la tarde se elevaba aislando a Ceuta del resto del continente.
En la Bahía Norte, el mayor número de embarcaciones estaban varadas en los bajos del Puente Almina, en la playita del Foso-donde estuvo últimamente el CAS, con anterioridad playa del Ceutí, y más antiguo aún, allí estuvo ubicado un tintero de artes de pesca y la vivienda de Sebastián López-. En la Bahía Sur, era la Ribera el lugar de varado, a la espera de que los oteadores descubrieran los peces para a toda prisa botar la embarcación e ir a su captura.
La zona comprendida de Puente Almina, Rebellín, Marina y Paseo de Colón, era el lugar de residencia del resto de los habitantes de la ciudad, como funcionarios militares, comerciantes y gentes de oficios de la época. Éstos, cuando pasaban por la calle de la Muralla-Paseo de las Palmeras,- o por la Brecha-calle Independencia-, y veían a cualquier oteador solían preguntar: ¿esperando las caballas? En esos tiempos la abundancia de estos especímenes era notable. Luego en referencia a ellos, solían decir: «¡ Los de las caballas!..».y poco a poco fue derivando en: ¡los caballas!...
En cierta ocasión, comentándolo con don José García Cosío, este me confirmó la teoría; y así efectivamente, a la población marinera ubicada entre Puente y Puente, el resto de ceutíes los llamaban caballas; apodo que con el tiempo se fue generalizando y hoy, aunque nos lo llamen a todos los nacidos en esta tierra, es un título selecto que no todos poseen.