viernes, 10 de junio de 2022
Los judios en la guerra civil española
By carlos cordero at junio 10, 2022
CEUTA Y SU HISTORIA
fuente:sgm.casposidad.com
Las comunidades judías en España durante la contienda
En 1936, la sinagoga de Barcelona sufrió numerosos destrozos y la mayoría de los judíos pudientes escaparon. Sin embargo, posteriormente la comunidad se reconstruyó y en 1938 pidió apoyo para la República en el Congreso Mundial Sefardí.
La mayoría de los hebreos de Ceuta, Melilla y el protectorado se alistaron en las filas nacionales no por convicción, sino por obligación. Habría, por ejemplo, que excluir a judíos como el ceutí José Alfón (había sido alcalde de la ciudad) quien se adhirió mucho antes a la Unión Patriótica de Primo de Rivera, pero este no fue el caso general.
En Ceuta fueron fusilados 22 judíos, la mayoría militantes de izquierdas y masones.
En Melilla vivían cerca de 3.000 hebreos en 1931. Muchos eran masones y socialistas. El 18 de julio murieron en tiroteos 3 judíos de izquierdas y 8 más fueron fusilados. Las sinagogas fueron cerradas y el colegio hebreo fue incautado por la Falange. Los judíos, además, fueron expulsados del Casino Militar y del Centro Social de la Hípica.
La comunidad judía de Sevilla, la más numerosa, tuvo que soportar multas arbitrarias e incidentes en sus edificios.
En Tetuán se incendió el edificio comunitario y se habla de un progrom. En Tánger se impidió a los judíos importar comida para la pascua y se les obligó bajar las rentas de sus pisos en propiedad cerca de un 40% (se dice que Franco prestó ayuda a estos judíos en agradecimiento a la colaboración que le dieron durante su estadía en la guerra de África).
Todo esto sin mencionar las vejaciones, humillaciones y palizas que numerosos hebreos españoles recibieron. Así mismo, hay que destacar que todos los judíos fueron obligados a declarar sus bienes y a hacer aportaciones "voluntarias". Esto iniciada la guerra, mucho antes, numerosos judíos pudientes del protectorado español ya aportaron cuantiosas cantidades a la sublevación para asegurarse una vida tranquila.
¿Voluntarios?
Como he dicho, no faltaron las aportaciones "voluntarias" de muchos judíos destinadas a financiar la sublevación. Normalmente eran publicados en los periódicos locales los nombres de estos insignes que ayudaron a la causa nacional. En una de las primeras listas, por ejemplo, publicada en El Heraldo de Marruecos, en Septiembre de 1936, de los veintinueve donantes, veinte eran judíos (los Serfaty, Benitah, Azulay…).
Obligados o no, lo cierto es que muchas familias judías apoyaron muy generosamente a los militares sublevados. Cabría mencionar en este punto a José I. Toledano, ex director de la Banca Hassan de Tetuán, a la familia Abenzur, propietaria de la Banca Pariente, a Jacobo Benmaman, quien tenía contacto directo con Franco y gestionó para este importantes sumas de dinero en el extranjero, al rico empresario mallorquín Juan March del que se cree descendiente de judíos (El Socialista le definiría en tono jocoso como "un judío de cuerpo entero") o al influyente melillense Jacobo Salama, íntimo amigo de militares de la talla de Millán Astray y políticos como Serrano Suñer.
A modo de conclusión A tenor de lo dicho, no se puede afirmar que los sublevados fueran monjitas de la caridad con los judíos. Sin embargo, a diferencia del resto de estados europeos-fascistas de la época, en la contienda española no hubo una política intencionada, planeada y sistemática de persecución a los hebreos. Buena parte de esto se debe a que el antisemitismo español de la época fuera más de corte mitológico que político o racial y a que los dirigentes nacionales de la época bien se cuidaran de diferenciar entre el viejo sefardí que gozaba de buenas credenciales y el llamado judío internacional. Esta fue la política que mantuvo en todo momento el régimen franquista.
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