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martes, 10 de enero de 2023

Ceuta: el misterio del tiburón ballena....ceuta y sus 7 montes

FUENTE https://www.campodegibraltarsigloxxi.com/

 Rescatado y liberado en la almadraba ceutí un ejemplar de dicha especie que nunca había sido vista en el Mediterráneo

Al tiburón ballena es habitual verlo en Cabo Verde durante los veranos y los pescadores lo siguen para descubrir bancos de peces. Pero lo extraño es verlo en el Estrecho de Gibraltar, donde resulta frecuente la presencia del tiburón peregrino o del tiburón blanco. Ocurrió el pasado miércoles en Ceuta, donde el Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (Cecam), que preside Juan Carlos Rivas, procedió a liberarle tras quedar atrapado en la almadraba. ¿Cambio climático o huida de los sobreexplotados caladeros de pesca habituales?

Los buzos de la almadraba fueron quienes avistaron al tiburón ballena, que pasa por ser el pez más grande del mundo:  “Lo primero que hicimos fue tapar la boca del cuadrillo para que no entrara por ahí y se procedió a levantarse la faja del cuadrillo como si fuese un telón de teatro, del fondo hacia arriba, y una vez que se levantó el animal salió. Fue un esfuerzo, porque estuvimos casi cuatro o cinco horas, pero mereció la pena”, ha explicado Rivas a El Faro de Ceuta.

El ejemplar rescatado y liberado por Cecam mide entre 10 y 12 metros y no representa peligro alguno para los seres humanos. Hasta ese día, no se había registrado un avistamiento de dicha especie en el Mediterráneo, un mar de donde los tiburones desaparecieron hace seis millones de años pero a donde volvieron cuando la tectónica abrió esa formidable esclusa a la que llamamos el Estrecho de Gibraltar. Ahora, recibe la visita de numerosos tipos de escualos, pero hasta ahora no había ocurrido con el tiburón ballena.

Desde el Museo del Mar de Ceuta, su director, Óscar Ocaña ha explicado que es frecuente su avistamiento en aguas cálidas –casi nunca a temperaturas inferiores a 21ºC pero habitualmente en zonas tropicales oceánicas– y en capas superficiales, donde busca aglomeraciones de plancton y peces de pequeño tamaño.

Los tiburones ballenas se encuentran clasificados como en peligro de extinción, los únicos miembros de la prehistórica familia Rhincodontida, originada hace, al menos, 60 millones de años. De naturaleza apacible, suelen alimentarse de plancton, pero Ocaña, en declaraciones a El Faro de Ceuta, no descarta que el ejemplar localizado en Ceuta estuviera “buscando zonas nuevas de alimentación o incluso recuperando zonas antiguas de tránsito y migración”.

Rogelio Herrera, científico coordinador del proyecto MIMAR, Rogelio Herrera, que lleva a cabo el monitoreo de los ecosistema marinos en la macaronesia (norte de África, Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde), entiende que “no es tan descabellado verlo por estas aguas porque, entre los diferentes cambios de temperatura que está teniendo el agua y que suelen viajar con túnidos, como por ejemplo atunes, porque en parte comen lo mismo, puede ser perfectamente plausible que pueda estar por aquí”.

Los condrictios (tiburones y rayas) se extinguieron del Mediterráneo hace seis millones de años y lo repoblaron tras la apertura del Estrecho de Gibraltar, que ahora concentra la mayor diversidad de estas especies. Así lo demuestra la tesis doctoral de la investigadora María José Meléndez, presentada en la Universidad de Málaga y cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista científica Plos One.

Durante el periodo Zancliense se habría producido la entrada de agua del Océano Atlántico al Mediterráneo, a través del Estrecho: «Fue entonces cuando los condrictios comenzaron a recolonizar el Mediterráneo poco a poco», ha asegurado Báez, quien ha lamentado que, tras este proceso, «la zona presente un menor número de especies».

El estudio, publicado en la revista científica Plos One, se centra en peces cartilaginosos, como tiburones, rayas y quimeras, un grupo relativamente pequeño en el Mediterráneo, que incluye 89 especies, pero que juegan un importante papel en sus ecosistemas.

«Muchos de estos ejemplares se encuentran amenazados en la actualidad» ha incidido Báez, quien ha comentado algunos de los problemas a los que se enfrentan, como la alteración y destrucción de su hábitat por la contaminación y ocupación del espacio marino. La pesca abusiva les deja sin alimento y deben buscar nuevos territorios de caza.

Corren otro peligro, el de las colisiones mortales de los tiburones ballena con los grandes barcos, como apunta un estudio publicado en la revista ‘PNAS’ por biólogos marinos de la Asociación de Biología Marina (MBA) y de la Universidad de Southampton.

Científicos y científicas de 50 instituciones de investigación y universidades internacionales siguieron los movimientos de los tiburones ballena y los barcos en todo el mundo para identificar las zonas de riesgo y las posibles colisiones. Los datos de los movimientos rastreados por satélite de casi 350 tiburones ballena se presentaron en el Proyecto de Movimiento Global de Tiburones, dirigido por investigadores del MBA.

El equipo, tal y como recogió en su día Europa Press, trazó un mapa de los «puntos calientes» de los tiburones que se solapaban con las flotas mundiales de buques de carga, petroleros, de pasajeros y de pesca -los tipos de grandes buques capaces de golpear y matar a un tiburón ballena- para revelar que más del 90% de los movimientos de los tiburones ballena caían bajo la huella de la actividad naviera.

El estudio también demostró que las transmisiones de las marcas de los tiburones ballena finalizaban con más frecuencia de lo esperado en las rutas marítimas más transitadas, incluso cuando se descartaron los fallos técnicos. El equipo llegó a la conclusión de que la pérdida de transmisiones se debía probablemente a que los tiburones ballena eran golpeados, muertos y se hundían en el fondo del océano.

Pueden llegar a medir hasta 20 metros

La investigadora de doctorado de la Universidad de Southampton, Freya Womersley, que dirigió el estudio en el marco del Proyecto de Movimiento Global de los Tiburones, señala que «la industria del transporte marítimo, que nos permite abastecernos de una gran variedad de productos cotidianos de todo el mundo, puede estar causando el declive de los tiburones ballena, que son una especie enormemente importante en nuestros océanos».

Los tiburones ballena son gigantes oceánicos de movimientos lentos que pueden llegar a medir hasta 20 metros de longitud y se alimentan de animales microscópicos llamados zooplancton. Los tiburones ballena ayudan a regular los niveles de plancton del océano y desempeñan un papel importante en la red alimentaria marina y en la salud de los ecosistemas oceánicos.

El profesor David Sims, investigador principal del MBA y de la Universidad de Southampton y fundador del Proyecto de Movimiento Global de Tiburones, subraya que, «increíblemente, algunas de las marcas que registran la profundidad, así como la ubicación, mostraban a los tiburones ballena moviéndose hacia las rutas de navegación y luego hundiéndose lentamente en el fondo marino a cientos de metros de profundidad, lo que es la señal de un golpe letal de un barco».

«Es triste pensar que se han producido muchas muertes de estos increíbles animales en todo el mundo a causa de los barcos sin que nos demos cuenta para tomar medidas preventivas», añade Sims.

En la actualidad no existe ninguna normativa internacional para proteger a los tiburones ballena de las colisiones con los barcos, denuncia la citada agencia. El equipo de investigación afirma que esta especie se enfrenta a un futuro incierto si no se toman medidas pronto. Esperan que sus hallazgos puedan servir de base para las decisiones de gestión y proteger a los tiburones ballena de nuevos descensos de población en el futuro.

«Colectivamente, tenemos que dedicar tiempo y energía a desarrollar estrategias para proteger esta especie en peligro de extinción de la navegación comercial ahora, antes de que sea demasiado tarde, para que el pez más grande de la Tierra pueda resistir las amenazas que se prevé que se intensifiquen en el futuro, como los cambios en el clima de los océanos», señala Womersley.