El Hacho, con su fortaleza, es uno de los signos de identidad de la ciudad. Les proponemos un itinerario que combina el turisnmo cultural con el de naturaleza.Autor: Pablo Ignacio Dalmases

Ceuta es una ciudad singular que puede enorgullecerse de estar bañadas por dos mares, como es su caso: el Océano Atlántico por el norte y el Mediterráneo, por el sur. Pero lo más curioso es que con sus escasos 24 kms2 sus zonas urbanas están rodeadas por amplios espacios naturales, dotados de espesa vegetación arbórea, que se ubican principalmente en sus dos elevaciones montañosa. Les vamos a hablar de una de ellas, la de El Hacho.En un determinado momento observaremos a nuestra izquierda el monumento de Llano Amarillo, que recuerda el inicio de la guerra civil en las ciudades españolas del norte de África. Y después de la barriada de San Amaro, y situados ya en la Avenida de la Marina Española, les aconsejamos hacer un alto en los baños árabes que se supone datan de la época merínida en el siglo XIII.Estaban formados por dos habitáculos con bóveda ¿uno de ellos, la sala caliente- y una sala asimétrica que debía ser la de temperatura tibia, desde la que se subía a la terraza exterior. Lo curiosos es que estos baños fueron descubiertos por casualidad cuando se procedió al derribo de una casa edificada sobre ellos el año 1974.
Una vez vistos, podemos penetrar ya en la ciudad para recuperar fuerzas en cualquiera de sus restaurantes. Su silueta se divisa desde la costa gaditana con el perfil de su castillo en la cima. Podemos iniciar nuestro camino por la vertiente mediterránea de Ceuta, o sea, por el recinto sur.Uno de los aspectos más interesantes de este recinto es el de sus galerías subterráneas que comunicaban las antiguas baterías con el puesto de mando.La carretera del Cementerio continua con la de San Amaro ¿en realidad estamos en la misma vía de circunvalación de El Hacho que tomamos al principio