ARTICULO DE HOY

Así Es el Alien de los Mares de Ceuta...

Este ejemplar de pez luna pesa más de dos toneladas, como cuatro toros bravos. Es una especie misteriosa, de aspecto prehistórico, capaz de recorrer 7.000 kilómetros. No se sabe dónde se reproduce. Fue devuelto al agua.


EL ESPAÑOL

uando el buzo Sergio Guzmán se sumergió en las aguas de Ceuta para comprobar si en las redes de la almadraba había pescados que merecieran la pena, no podía imaginarse que ese lunes 4 de octubre de 2021 iba a pasar a los anales de la biología marina mundial como el día histórico en que un grupo de pescadores y biólogos capturaron vivo el mayor pez registrado jamás en España y en todo el Mediterráneo. Y no sólo eso: el pez luna de la especie Mola alexandrini es el pez óseo más colosal que existe en el planeta Tierra, y el ejemplar que esa mañana iban a encontrarse en el Estrecho de Gibraltar está entre los tres más grandes medidos en el mundo.

Sergio Guzmán, de 45 años, es el jefe de los cuatro buceadores de la almadraba de Ceuta, un arte de pesca tradicional y sostenible usada desde hace tres mil años por fenicios, griegos y romanos. Sus redes forman una gran trampa de 300 metros de largo y 40 de ancho, con una boca de entrada de 7 metros. La estructura de este corral se ancla al fondo y se dispone en paralelo cerca de la costa, en este caso, a 500 metros de la playa del Chorrillo de la ciudad autónoma española de Ceuta. Su boca mira al Este, hacia Marruecos y el interior del Mediterráneo, de donde proceden los peces migratorios, sobre todo melvas, que capturan en su viaje hacia el oeste camino del Atlántico. El diámetro de su malla, de 60 centímetros, deja escapar a los peces chicos y atrapa a los grandes.

El trabajo del buzo es examinar cada día la almadraba de la empresa Fraimartin para comprobar si hay peces suficientes para realizar una levantá, que es cuando una quincena de pescadores apostados en barcos tiran de las redes del copo central de la trampa para recoger la captura. Pero Guzmán, comprometido ecologista, tiene una segunda misión: anotar el número y tamaño de los peces y tortugas atrapados en la almadraba (y liberados inmediatamente si están protegidos o no son de uso comercial), para pasarle la información a Enrique Ostalé-Valriberas, coordinador de la Estación de Biología Marina del Estrecho, establecida en Ceuta por la Universidad de Sevilla.

El gigantesco pez luna, colgado de dos grúas durante la operación de estudio y rescate.
El gigantesco pez luna, colgado de dos grúas durante la operación de estudio y rescate. Enrique Ostalé-Valriberas. Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla (Ceuta)Esa mañana, Sergio Guzmán se echó al agua con su equipo básico de buceo y se puso a escrutar la pesca del día. Entonces, junto a melvas, albacoras, sardas y peces limón, vio "una sombra blanca que se movía". Reconoció que era un pez luna, como otros miles de ejemplares que ha contado dentro del estudio sobre esta especie declarada vulnerable en el que colabora con los biólogos Enrique Ostalé, de Ceuta, y Lukas Kubicek, de Suiza. Se dio cuenta de que este pez era grande, pero no hasta qué extremo.

"¡Era un mastodonte!"

Avisó a puerto para que vinieran los barcos a ayudarlo a sacar el pez del cerco y arrojarlo al mar. También alertó al biólogo Ostalé, un ceutí de 36 años criado en el barrio de Benítez, para que viniera corriendo: la captura parecía excepcional. En el agua, con los pies apoyados en las redes, el buzo luchaba a brazo partido para rodear el cuerpo del animal con eslingas y sacarlo del mar, colgado de una grúa. El agua trepidaba con las sacudidas de los peces arremolinados, teñida de rojo sangre, porque "las melvas se desangran por las branquias" de forma espontánea cuando están en peligro.

"Le metí la mano en la boca sin darme cuenta, y el animal me la apretó por instinto", dice el buzo Sergio Guzmán

La marca del bocado accidental del pez luna.

La marca del bocado accidental del pez luna. Sergio Guzmán

En esa masa de vida en ebullición, tratando de sujetar al pez luna en medio del banco de melvas ensangrentadas, Sergio Guzmán por poco se queda medio manco. "Le metí la mano derecha en la boca sin darme cuenta y el animal me la apretó por instinto, no porque quisiera atacarme. Menos mal que tenía yo el puño cerrado. Pegué un grito y la saqué", dice a EL ESPAÑOL | Porfolio sobre el accidentado encuentro entre el hombre y el coloso del mar, que es, por lo demás, inofensivo.

Cuando por fin pudo colocarle las maromas y lo vio salir del agua colgado del cable de la grúa, se quedó boquiabierto, como los veinte pescadores, el coordinador de la Estación Biológica y otro puñado de biólogos que presenciaron el tremendo hallazgo. "¡Era un mastodonte!", exclama emocionado el buzo.

Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla (Ceuta)

Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla (Ceuta)

Secuencia de la operación para devolver al mar el histórico pez. A la derecha, el buzo Sergio Guzmán.

Secuencia de la operación para devolver al mar el histórico pez. A la derecha, el buzo Sergio Guzmán. Enrique Ostalé-Valriberas. Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla (Ceuta)

El biólogo Enrique Ostalé corrobora su asombro al encontrarse ante un animal extraordinario no sólo por su tamaño, sino por su fisionomía tan especial. Mientras que la evolución de los peces ha tendido a afilar sus cabezas y alargarlos cuanto mayor es el tamaño de su especie, explica el biólogo, la anatomía del pez luna, por el contrario, parece desafiar esa lógica con su aspecto prehistórico.

Redondeado y con una protuberancia en la cabeza, su estampa recuerda, como su nombre en español indica, a una gran luna grisácea, como una piedra de carne con aletas, con dos grandes ojos estupefactos y una boquita muy pequeña para su corpachón. En inglés lo llaman sunfish, pez sol, lo que alude también a su redondez, a su tamaño y a su reflejo solar cuando asoma a la superficie flotando de lado (se ha visto a peces y pájaros posándose encima para comerse sus parásitos).

Hay en su cara algo extraterrestre, encantadoramente extraño, como expresa el biólogo: "A mí me recuerda a un alien". Un alienígena, un bondadoso ET marino que es del todo manso con los humanos y cuya vida aún está rodeada de preguntas sin responder. Ostalé tenía ante sí una oportunidad única para estudiar en pocos minutos un ejemplar fuera de serie antes de devolverlo al mar.

Tamaño y peso

Tanto pesaba, recuerdan el biólogo y el buceador de la almadraba, que tuvieron que sujetarlo con las grúas de dos barcos pesqueros, porque una sola no bastaba y la primera embarcación se inclinaba por el peso. "Era un momento de tensión: el animal en la grúa, el barco se escoraba, Sergio debajo del bicho... Todo duró diez o quince minutos. Le tomamos muestras de ADN, le hice fotos y un vídeo, lo medimos y lo pesamos. Pero como la báscula tiene un límite de mil kilos, y el animal superaba el tope, no pudimos saber cuánto pesaba de verdad", rememora Ostalé. "Les dije, ¡cuidado, cuidado, que revienta la báscula!", acota Guzmán.

"Superaba al tope de mil kilos de la báscula y no pudimos saber cuánto pesa de verdad", dice el biólogo Enrique Ostalé

El rescate en Ceuta del mayor pez óseo del mundo. Estación de Biología Marina del Estrecho (US)

Por su morfología y su tamaño supieron que se trataba de un pez luna de su especie mayor, Mola alexandrini. El pez luna, Mola en su nombre científico en latín en referencia a su perfil redondeado como muela de molino, forma la familia de los mólidos (Molidae), que tiene hasta el momento cinco especies, entre ellas Mola mola (la más común y de tamaño menor) y Mola alexandrini, que es no sólo el mayor pez luna de la familia sino el mayor pez óseo que existe vivo, es decir, que tenga un esqueleto de huesos, a diferencia de tiburones o peces rayas, cuya estructura es de cartílago.

El biólogo Lukas Kubicek, uno de los mayores expertos, se perdió el hallazgo por tres días: debía venir el jueves para su campaña anual de mediciones en Ceuta de peces luna y al apacible monstruo lo encontraron el lunes. Kubicek explica desde Suiza por qué este ejemplar es histórico. Como los miembros de su especie, su curiosa morfología es más alta que larga: mide 290 centímetros de largo (de boca a cola) y 320 de altura (de aleta dorsal a aleta anal). El peso no se sabe con exactitud, porque excedía la capacidad de la báscula, pero cree que rebasa las dos toneladas. Como cuatro toros bravos de lidia.

El mayor Mola alexandrini con peso y dimensiones registradas, incluido en 2019 en el Libro Guinness de los récords, es el ejemplar encontrado el 16 de agosto de 1996 frente a la costa de Kaogawa, en Japón. Tenía 272 centímetros de longitud y 2.300 kilos de peso. Es decir, el pez luna de Ceuta supera en 18 centímetros la longitud del pez más pesado registrado nunca, lo que fundamenta la hipótesis de que, si hubieran podido pesarlo con precisión, habría rebasado las 2,3 toneladas.

Un ejemplar de la especie gigante de pez luna 'Mola alexandrini' en aguas de Japón.

Un ejemplar de la especie gigante de pez luna 'Mola alexandrini' en aguas de Japón. Sinji Hagiwara (Cedida por Lukas Kubicek)

Pero el récord de tamaño, que no de peso, explica Lukas Kubicek, lo tiene otro ejemplar capturado en 2004 cerca de la isla japonesa de Aji, de 332 centímetros; en ese caso, no pudieron pesarlo. "Así que el Mola alexandrini de Ceuta, que midió 320 centímetros de altura, se queda a 12 centímetros del récord mundial. Pero es el récord histórico del Mediterráneo", destaca Kubicek.

Prohibido su consumo

Dice el investigador suizo que le parece "incomprensible que buzos y fotógrafos submarinos vuelen alrededor del mundo hasta Nusa Penida, en Bali, para encontrarse con peces luna", cuando podrían verlos en Ceuta, en la punta sur del Estrecho de Gibraltar, adonde él viene cada año desde 2006 para recopilar datos en la almadraba. "En 2007 contamos en Ceuta 1.100 peces luna en cinco días", dice sobre la abundancia de Mola mola en este lugar.

Pero la Unión Europea prohíbe su pesca comercial desde 1991 con el argumento de que está relacionado con el pez globo, que puede contener la toxina nerviosa tetrodotoxina TTX. Sin embargo, Kubicek cuestiona esta prohibición en vigor: "Nunca se ha probado en trabajos científicos la presencia de TTX en el pez luna".

El experto Lukas Kubicek señala que, a diferencia de Europa, en Taiwán y Japón se come el pez luna "sin problemas" 

Cuenta que su carne blanca y gelatinosa, "difícil de conservar", se ha consumido en Italia (por ejemplo, en Camogli y Sicilia) y se sigue comiendo "desde hace siglos sin problemas" en Taiwán y en Japón. "Los pescadores de los puntos calientes de peces luna en Europa no están contentos cuando tienen que arrojar hasta 500 al mar todos los días para separar el pescado vendible de la captura incidental", expone el científico.

Lukas Kubicek, arriba a la derecha, rescatando con pescadores un pez luna anterior, de menor tamaño.

Lukas Kubicek, arriba a la derecha, rescatando con pescadores un pez luna anterior, de menor tamaño. Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla (Ceuta)

Ojos apuñalados, aletas cortadas

Mutilaciones. Lukas Kubicek relata la cruel mutilación de la que ha sido testigo en otros lugares. Convencidos de que los peces luna son capaces de regresar una y otra vez a la red, entorpeciéndoles así su trabajo, "algunos pescadores les apuñalaban los ojos o les cortaban las aletas para que no volvieran". Para evitar esta práctica, a Kubicek se le ocurrió marcarlos con etiquetas y prometió "una recompensa de hasta 40 euros a cada pescador que volviera a pescar un pez luna marcado".

Así les demostró que no era cierto que la mayoría volviera. "De más de 100 marcados, sólo uno fue capturado nuevamente después de dos días". Subraya que los pescadores de Ceuta "siempre tratan correctamente al pez luna y lo sueltan ileso, a diferencia de en La Azohía [pedanía de Cartagena, en Murcia], donde los arponean con garfios y los arrojan heridos al mar".

¿Qué come el pez luna? Por su pequeña boca entran crustáceos, peces pequeños, algas, medusas y salpas, detalla Kubicek, que destaca su "extremadamente alta tasa de crecimiento". Cuenta el caso de un pez luna que vivía en el Acuario de Monterrey, en California. "Aumentó de 26 kilos a casi 400 kilos en 14 meses y lo tuvieron que arrojar al mar en helicóptero porque el acuario se le quedó pequeño".

Un pez luna de la especie 'Mola mola', nadando en el Pacífico, frente a la costa de California.

Un pez luna de la especie 'Mola mola', nadando en el Pacífico, frente a la costa de California. Mike Johnson

"Lo fascinante", agrega Kubicek como otro dato asombroso, es que los más grandes tienden a alimentarse de "medusas y salpas, que se componen principalmente de agua y, en realidad, no son grandes proveedoras de energía; cómo los grandes peces luna mantienen su equilibrio energético es uno de los grandes misterios de la biología".

Sobre si el pez luna puede ser un indicador del calentamiento global, dice que "no está claro". "Hay datos de su presencia en Noruega e Islandia hace cien años, por encima de los 70 grados de latitud norte, más allá del círculo polar ártico", explica. El experto recomienda convertir el pez luna en un atractivo turístico para mejorar la economía de la almadraba de Ceuta, como en Italia y Japón, donde "turistas y buceadores pagan para fotografiarlo".

La gran defensora

Kubicek y Ostalé son autores de un capítulo de la biblia del pez luna, el libro The Ocean Sunfishes: Evolution, Biology and Conservation, coeditado en 2020 por la doctora en biología marina Tierney M. Thys (con Jonathan Houghton and Graeme Hays), quien, además, recoge en su página oceansunfish.org los avistamientos en los mares de casi todo el mundo donde vive este pez migratorio. La experta estadounidense revela que el descomunal ejemplar de Ceuta es una hembra, porque no se han encontrado machos de más de dos metros, y calcula que tiene "al menos 20 años", aunque podría ser mucho más vieja, porque "es difícil establecer la edad" de esta especie.

El ejemplar de Ceuta tiene al menos 20 años y es hembra, pues no se han visto machos de más de dos metros, dice Thys

Dice Tierney Thys que el animal al que consagra su vida es capaz de recorrer grandes distancias, como prueba un ejemplar etiquetado que recorrió 6.952 kilómetros desde Taiwán a Nueva Caledonia (estudio del doctor Chiang, del Taiwan Fisheries Research Institute) y también de bajar a gran profundidad, como otro que la propia Thys registró a 1.112 metros en las islas Galápagos. Otra de sus características fabulosas es cómo nada, tumbado. "Parece aparatoso, pero en realidad es un gigante ligero, capaz de desplazarse con movimientos sorprendentemente gráciles, como batiendo las alas. Al volar de lado como un pájaro con sus largas aletas dorsal y anal, los Mola son las únicas criaturas marinas conocidas que generen su movimiento de esta forma", dice Tierney Thys.

La bióloga marina Tierney Thys, a la derecha, con un pez luna de la especie 'Mola alexandrini' en las islas Galápagos.

La bióloga marina Tierney Thys, a la derecha, con un pez luna de la especie 'Mola alexandrini' en las islas Galápagos. Cecida por Tui de Roy / Roving Tortoise Photos

¿Cuáles son los misterios sobre los peces luna? "Nadie sabe dónde desovan estos gigantes, eso es un gran misterio. El único ejemplar de larva (de 5 milímetros) verificada genéticamente como de Mola alexandrini se encontró en la costa australiana de Nueva Gales del Sur, en un estudio del Australian Museum, por lo que esa puede ser una de las áreas de desove", dice Thys. Su hipótesis es que los peces luna del Mediterráneo probablemente se reproducen cerca de donde encontraron el ejemplar de Ceuta. Tampoco se sabe bien cuántos hay, cuánto viven. Viajan en grupo cuando son jóvenes y de adultos se vuelven navegantes solitarios, algo que les beneficia porque así es más difícil que los pesquen, aunque a la vez complica su estudio, recalca la bióloga.

El asombro que despierta el pez luna gigante de Ceuta tiene su reflejo en los ojos igualmente asombrados del animal, dice Thys con entusiasmo. "Para mí, estos colosos son la encarnación de la maravilla. Y parece que nos miran tan perplejos como nosotros a ellos. Este ejemplar es un colosal recordatorio de que nuestros océanos todavía guardan muchas sorpresas misteriosas, incluyendo la megafauna marina que nos deja boquiabiertos. Los cabezones gigantes como este pez luna pueden actuar como poderosos embajadores para estimular nuestra curiosidad, inspirar una mayor comprensión y alimentar el deseo del público de ayudar a nuestros ecosistemas marinos, que son el sostén vital de nuestro planeta".

El pez luna gigante de Ceuta vuelve al mar. Estación de Biología Marina del Estrecho (US)

Después de tenerlo quince minutos colgado en el aire, consiguieron sacarlo fuera de la almadraba. Enrique y Sergio se lanzaron al agua para acompañar al gigantesco pez luna hembra mientras se recuperaba y echaba a nadar, después de su agitado encuentro en la tercera fase con los humanos. Ostalé pudo grabarlo unos segundos con su cámara acuática. En las imágenes, se ve al otro buzo acariciando al animal. El "alien" plácido se desplaza con suavidad y enseguida se pierde hacia las profundidades del Estrecho.

El tesoro natural del estrecho de Gibraltar

Los pescadores de la almadraba de Ceuta de la empresa Fraimartin.

Los pescadores de la almadraba de Ceuta de la empresa Fraimartin. Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla (Ceuta)

Cetáceos y peces pelágicos. El estrecho de Gibraltar, donde han encontrado al fabuloso pez luna gigante, es un enclave de máxima importancia natural porque aquí se unen las áreas Lusitana, Mauritana y Mediterránea, destaca José Carlos García Gómez, catedrático de Biología de la Universidad de Sevilla (US) y director de la Estación de Biología Marina del Estrecho (Ceuta). Esta valiosa región "tiene endemismos propios y es escenario de migraciones de aves, cetáceos (como el rorcual común) y peces pelágicos (como el atún rojo)", resalta.

Además, el Estrecho es "el gran pulmón hidrológico del Mediterráneo" pues por aquí penetra desde el Atlántico "entre 20 y 40 veces más agua de la que se pierde en este mar por evaporación". Las corrientes "renuevan por completo el agua del Mare Nostrum en periodos aproximados de 80 años".

Este "punto caliente" de la biodiversidad está siempre expuesto a riesgos de accidentes ambientales por ser uno de los que registran más tráfico marítimo del mundo, alerta García. Recuerda que la franja norte es Parque Natural Marítimo-Terrestre desde 2003, de Algeciras a Tarifa, y que desde 2006 integra la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, un millón de hectáreas que conecta el sur de España con el norte de Marruecos.

Desde hace más de treinta años, el Laboratorio de Biología Marina de la US que también dirige García investiga la biodiversidad del Estrecho, vigila los impactos ambientales (incluido el calentamiento global) y detecta especies invasoras, como el alga Rugulopterix okamurae, que está causando estragos. Con el Laboratorio y la Estación colaboran la entidad Gran Azul, el gobierno de Ceuta y la almadraba ceutí, ejemplo de pesca sostenible.


 

CEUTA VISIGODA Y BIZANTINA DURANTE EL REINADO DE TEUDIS

fuente .CERVANTESVIRTUAL.COM


Demostrado está (i) que este gran monarca visigodo empezó

á reinar en uno de los días comprendidos entre el 5 de Diciembre
de 531 y el 24 de Febrero de 532, y que su reinado no duró
menos de diez y seis años, ni más de diez y siete y cinco meses,
el cual no debe prolongarse más acá del 24 de Julio de 549-
Poco antes que él falleciese, aconteció la malograda empresa
de sus armas contra la bizantina ciudad de Ceuta; empresa que
me propongo ilustrar con varios datos históricos en espera de
otros arqueológicos. San Isidoro la describe así (2):
CEUTA VISIGODA Y BIZANTINA 623
Después del feliz suceso de tamaña victoria (3), los Godos incautamente
se portaron al otro lado del Estrecho Hercúleo. Habíalos
expulsado de Ceuta la milicia bizantina (4), y Teudis para
recobrar esta plaza fuerte, ordenó que sus tropas la asediasen y
combatiesen con gran vehemencia. Aconteció que un día, por
ser domingo y para no profanar la solemnidad, holgaron los sitiadores
dando treguas á su porfiado embate. Reparando en ello
los sitiados, hicieron una salida, reforzada con sus naves de guerra,
y de tal modo por tierra y por mar envolvieron á sus contrarios
y los postraron, que ninguno de éstos quedó con vida
para poder llevar á España la noticia de tan ominoso desastre. Y
sin tardanza sobrevino luego otra desgracia no menos lamentable,
cual fué la trágica muerte del Soberano. En su propio pala
do se vio acometido por cierto hombre alevoso, de quien no
desconfiaba, porque este malsín fingía que estaba loco, atiabando
la ocasión de ejecutar sin estorbo su dañado intento. Hundió
dentro del palacio su acero en el cuerpo del Príncipe; el cual...
según se cuenta, estando á punto de rendir indignada el alma á
vueltas de la sangre que borboteaba de la herida, pidió gracia
para su asesino, y dijo á los circunstantes: Os conjuro que no
lo matéis; toda vez que yo mismo soy reo de semejante culpa.,
porque antes que yo fuese rey, engañé á mi jefe militar por igual
estilo, y lo sacrifiqué á mi encono.
La catástrofe de la hueste visigoda, acorralada por tierra y
mar ante los muros de la sitiada Ceuta, aconteció un día de Domingo,
cuando tocaba en su remate la vida del infortunado Tendis.
Conjeturo que aquel Domingo sería el solemne de Pascua de
Resurrección, 4 de Abril de 549> tres días después del principio
del año XXIII del imperio de Justiniano (i), en cuyo año coloca
San Isidoro el comienzo del reinado de Teodiselo, sucesor de
Teudis. Las palabras del Santo nec mora aplicadas al intervalo
cortísimo que medió entre la derrota del ejército visigodo, sitiador
de Ceuta y el asesinato de Teudis, parecen indicar que el
atentado del que fué víctima este príncipe, aconteció un día después
de aquella inesperada derrota, ó á buena cuenta en 5 de
Abril de 549- Si descontamos ahora diez y siete años y cinco
meses que atribuye el mismo Santo al reinado de Teudis, resulta
que empezó á reinar en 5 de Diciembre de 531, fecha probabilísima
que se desprende, como ya lo demostré (2), de dos inscripciones
visigóticas de la Galia Narbonense.
Al desastre del ejército visigodo delante de la bizantina é
inexpugnable Ceuta no dejó de aludir Procopio, historiador contemporáneo
del hecho:
En la región Gaditana y en la segunda de las columnas de
Hércules, á mano derecha del que viene del océano al mediterráneo,
estuvo en la costa africana una fortaleza, llamada Septa,
que siglos atrás habían edificado los Romanos. No se cuidaron
los Vándalos de rehacer la fortificación, desmantelada y arruinada
bajo la pesadumbre del tiempo. Mas nuestro emperador Justiniano
la hizo restaurar y la dotó de una guarnición conveniente.
Allí también erigió bajo la invocación de la Madre de Dios un
templo considerable, confiando á su protección el nuevo régimen
político de la ciudad y su fortaleza inexpugnable para la hostilidad
de cualesquiera gentes.
Falleció Justiniano en 14 de Noviembre del año 565; y el cuidado
que puso en fortificar á Ceuta y á su acrópolis del Hacho
rodeándola de espesas murallas, arduas torres y puertas de doble
entrada, fué imitado en 589 por el emperador Mauricio en Cartagena,
capital de la España bizantina, según lo patentiza una
insigne lápida cartagenera, que felizmente no ha perecido (i).
Por esta razón abrigo la esperanza de que, si diligentemente se
buscan, han de encontrarse en Ceuta dos lápidas, que respectivamente
mencionen la sobredicha erección del templo y de las murallas
Justinianéas.
Hubo de emprender estas obras munumentales Juan, que fué
el primer gobernador bizantino de Ceuta, designado y enviado
al efecto por Belisario desde Cartago en el año 534, según lo refiere
Procopio (i). Un año antes había acontecido un suceso memorable,
que narra el mismo historiador (2), é ilustra, hasta cierto
punto, lo que escribió San Isidoro; esto es, que el dominio de
los visigodos en Ceuta cesó con el advenimiento y superioridad
de los imperiales; los cuales, dueños de esta plaza amplísima, la
fortificaron, poblaron y embellecieron, apreciándola en su justo
valor como llave ele la navegación del Estrecho Hercúleo y como
principal baluarte de la Nueva Roma en el extremo Occidente.
Cuenta Procopio que no mucho antes que Belisario, con su
poderosa armada y tropas de desembarco arribase al África (3),.
Gilimer, último rey de los Vándalos, había enviado á Teudis dos
embajadores para solicitar su alianza y concurso efectivo contra
la invasión bizantina. Llamábanse Gotthéo y Fucias; navegaron
desde Cartago con rumbo al Estrecho de Gibraltar en busca de
Teudis,. y preguntando por él supieron que estaba lejos, mu}'
tierra adentro (4) sv X^P^P [*&*/£àv ^TIO dx\áoar¡c xstfxévtü. Antes.
que llegasen á la vista de Ceuta ya tenía Teudis aviso de la expedición
de Belisario; de la insurrección de la isla de Cerdeña y de
las Baleares, que habían sacudido el yugo de los Vándalos. Tan
hábil político como diestro guerrero, Teudis se mantenía neutral
y en la expectativa de ver si la fortuna torcía ó no el rostroá
la empresa de Belisario.
No bien se apoderó de Cartago este gran conquistador de toda
el África vandálica (5), un buque vino á España con viento favorable
desde aquel puerto, y trajo la noticia á los oídos de
Teudis. Él la conocía, mas no los embajadores de Gelimer, cuando
éstos, recibidos en audiencia dentro del palacio de la Corte
visigoda, expusieron su cometido. Teudis disimuló su pensar; los
acogió con agrado y los agasajó, reservándose contestarles,
prontamente y después de haber meditado sobre el asunto. De
sobremesa, y caliente el ánimo con el menudear de la copa, soltóles
esta frase ambigua: Regresad á la costa marina, y allí de
seguro sabréis lo que hay de bueno en vuestra patria. Pensaron
que no hablaba en serio, mas lo disimularon, juzgando que poco
valía la palabra de un hombre, á su parecer medio beodo. Al
día siguiente reanudaron la petición; pero Teudis, contestándoles,
no fué más explícito, con lo cual entendieron que algo grave
ocurría; aunque no tanto que Cartago hubiese caído en poder de
Bizancio. Llegados á Cartago, y cogidos en la ratonera, contaron
al generoso vencedor lo que les había ocurrido. Belisario se
sonrió y ningún daño les hizo.
Ceuta fué visigoda antes que bizantina. Creo que Teudis en
532 á 533) aprovechándose de la agonía del reino vandálico, se
apoderó inmediatamente de esta noble ciudad. Con ello se aviene
y explica la afirmación categórica de San Isidoro. Desmantelada
entonces y arruinada su fortificación antigua, permitía fácil acceso
á semejante golpe de mano.
Un año después, ó en 534, ordenaba Justiniano por una de sus
leyes (i), que Ceuta, devuelta por fin al imperio romano y oportunamente
fortalecida, estuviese bajo el mando de un Tribuno
militar y que dominando el paso del Estrecho Hercúleo fuere
estación naval de una flota, cuyos buques ligeros (Spótiwvsc),
recorriendo nuestro mar diesen aviso de lo que pasaba en el
litoral visigodo y franco.
Esta plaza fuerte, inexpugnable, al decir de Procopio, se vio
bloqueada por el ejército de Teudis, que ansiaba reconquistarla,
poco antes que un acero alevoso cortase el hilo de su vida. Tamaño
ardimiento del rey visigodo y tan funesto desastre de los
sitiadores, que refiere San Isidoro, ;cómo se explican? Conjeturo
que por la alianza ó confederación de Teudis y de Tótila, cuando
este monarca ostrogodo sembrando en toda Italia el terror de
sus armas contra los bizantinos una vez (año 547) Y ° t ra v e z (549)
se hizo dueño de Roma (1
Sobre otras peripecias del reinado de Teudis, y en particular sobre
la tolerancia y aun protección que este gran Príncipe, aunque era arriano,
dispensó á los católicos, según lo afirma San Isidoro, véase lo apuntado
en el tomo xxxvn del BOLETÍN, páginas 500-517 y en el tomo XLI, páginas
353-416.
En su Historia de la Plaza de Ceuta, pág. 96 (Madrid, 1859), expone
D. José Márquez Prado una antigua tradición, patrocinada por varios escritores
portugueses, acerca de la veneranda efigie de Nuestra Señora
de África, que se dice fué enviada por el emperador Justiniano para ser
colocada en el magnífico templo erigido en aquella ciudad y del que habla
Procopio. Al tenor de esta tradición, la sagrada imagen permaneció oculta
durante la dominación musulmana de Ceuta y reapareció siete siglos
más tarde en el Otero, ó en el mismo sitio que hoy ocupa, cercano á la
catedral.

CEUTA, SEPTEM FRATES, SIETE HERMANOS, SIETE COLINAS.


Ceuta, fue Romana antes que Española. Yacimientos y referencias varias hacen de nuestra Ciudad un lugar especial y muy atractivo para el estudio de esta gran civilización que fue Roma. Hay indicaciones y factores que hacen de Ceuta una ciudad especial en época Romana, sobre todo durante el periodo Alto Imperial, siglos II y III d.C. Aunque también se abarcan datos y alusiones en referencia a la época republicana y al Bajo Imperio Romano. 

El nombre Romano dado a Ceuta, en ausencia de otras fuentes, lapidarias o monetarias, viene dado sobre todo por fuentes literarias y de tránsitos viajeros y marítimos. [...] tenemos unas montañas que son altas, que se concatenan entre sí como si hubieran sido fabricadas en orden, por su número se les llama Septem y por su semejanza Frates. Pomponius Mela (Siglo I d.C.) Autores clásicos recurren a un topónimo repetido, que es Septem Frates, “los siete hermanos”, en alusión a siete colinas de parecido tamaño, que se observaban en dicha época referida y que conformaban la vista de Ceuta desde la costa. El grabado de Dornellas del siglo XVI describe a estas siete colinas perfectamente.

 Existen también obras en griego donde se hace mención a los “Hepta Adelphoi” cuya traducción al Latín clásico nos lo transforma en Septem Frates. Es de resaltar la coincidencia que Ceuta tiene con Roma, aunque sea por su carácter geográfico en la orografía del terreno, pues a Roma también se la conoce como la ciudad de las siete colinas.

BAJO LOS ISLEOS DE CEUTA

Naufragaron dos navíos franceses, en 1692, L’Assuré y Le Sage, la tripulación en su gran mayoría pereció ahogada, los supervivientes quedaron prisioneros en Ceuta, y sus artillerías y utensilios sumergidos bajo las aguasCuando el Conde francés Víctor María D’Estrées zarpó de Toulon el 21 de marzo de 1692, hacia Brest, en el navío Le Sceptre, acompañado de diez y seis barcos más, con el fin de luchar contra Inglaterra y devolver el trono al derrocado Jacobo II nunca podía pensar los acontecimientos que le esperaban en aguas de Ceuta.

No llegando en el plazo previsto al lugar de reunión, y por lo tanto, no pudo participar en la batalla de La Hougue donde los franceses sufrieron una gran derrota, desvaneciéndose sus proyectos.En su ruta, el 15 de abril, capturó dos barcos de bandera inglesa; uno de ellos quedó muy dañado por el combate y como navegaba con dificultad decidió abandonarlo tras prenderle fuego.
Tres días después, en el Estrecho de Gibraltar junto a las costas de Ceuta, le sorprendió una violenta tempestad de lluvia y granizo que puso en evidente peligro a toda la escuadra. A pesar de las múltiples maniobras realizadas para evitar una catástrofe, perdió los navíos L’Assuré y Le Sage.
El primero mandado por De Chaurenaute fue arrastrado y es muy probable que se estrellara contra las rocas de los Isleos de Santa Catalina, su capitán junto a un reducido número de hombres embarcaron en una chalupa y con ella alcanzaron otro navío que los tomó a bordo, el resto de la tripulación en su gran mayoría pereció ahogada y su artillería quedó sumergida. El otro barco mandado por Le Guiche fue a encallar muy posiblemente en las rocas del Sauciño, sus marinos salvaron la vida, pero al estar España y Francia en discordia quedaron prisioneros del Gobernador de Ceuta Francisco Bernardo Barahona.
Como el temporal no amainaba y para recomponer su escuadra el Conde D’Estress tomó la decisión de retroceder hacia Málaga. 

Antes envió un mensaje al Gobernador de Ceuta rogándole un trato humanitario a los 480 marinos cautivos, éste alojo en su casa a los oficiales y guardiamarinas.
Con posterioridad los prisioneros fuero enviados a Cataluña para ser canjeados. En este naufragio perecieron unos 317 hombres de los 797 que sumaban las dos tripulaciones.Una vez frente a las costas malagueñas enarboló en sus navíos los pabellones de Holanda e Inglaterra, con este engaño apresó muchas chalupas que se acercaron con el ánimo de venderles vituallas. Por los prisioneros se enteró de la próxima llegada de un convoy de barcos mercantes escoltados por dos navíos de guerra ingleses.

Los divisó el 21 de mayo y al día siguiente envió a M. de Cogolin al mando del navío Le Lis y cinco barcos más tras ellos. Los enemigos al verse perdidos incendiaron las naves y se dieron a la fuga en chalupas. Tras esta incursión la flota tomó rumbo a Brest (Francia) apresando en el camino tres navíos ingleses.

Es evidente que todas estas vicisitudes, algunas de ellas innecesarias, fueron la causa del retraso de la escuadra de Levante en llegar a su punto de reunión.El historiador Corre da Franca señala la recuperación de todos los cañones en 1694 del encallado en las piedras del Sauciño, sin embrago, del hundido en los Isleos refiere la inmersión de todas las piezas, aunque apunta –sin dar fechas-, que luego fueron puestas en tierras por buzos.

Por la lectura de estos datos parece poco probable la persistencia de algún resto de la artillería de aquel naufragio, pero tratando de ser lógicos, era relativamente fácil sacar los cañones del navío encallado, todo lo contrario ocurría con el otro, sumergido entre 14 y 20 metros y en una zona donde las corrientes son muy intensas.

Si a esto le añadimos la escasa tecnología submarina del siglo XVIII no sería sorprendente que algunos cañones no pudieron ser recuperados. El 9 de julio de 1694, el Gobernador de Ceuta se quejaba al Almirante de Castilla del retraso en la llegada de los 1000 escudos necesarios para sufragar los gastos de rescate y reflejaba lo lastimoso de no sacar los 50 cañones restantes por motivos económicos.Fuente: “La flota que no llegó a su destinos”- Juan Bravo Pérez y Juan Antonio Bravo Soto- 1989.

LA CEUTA DE ESTRABÓN

Pepe Fortes Castillo

En el número 1º de los Cuadernos del Archivo Municipal, en el apartado LEYENDAS Y TRADICIONES HISTÓRICAS DE LAS FUENTES CLÁSICAS DE CEUTA, J. Closa Farrés, nos narra lo siguente: ... el texto de la Geografía de Estrabón, la fuente más prestigiosa del enciclopedista romano, concretamente en el capítulo tercero de su libro diecisiete, puede leer lo siguiente:

"Partiendo de Linx (Larache), y navegando hacia el Mar Interior, se encuentra Zélis y Tiga (Arcila y Tánger); luego la Heptá Adelphón mnémata (los siete hermanos), y encima el monte nombrado Abile, poblado de fieras y cubierto de grandes árboles. Se dice que el estrecho de las Columnas tiene una longitud de ciento veinte stadios, y otros sesenta de ancho en la parte más angosta..."

Estrabón califica al monte Abila de polytheron y megalodendron, esto es, abundante en fieras y cubierto de espesa arboleda o, mejor, de árboles muy grandes.

Si nos atenemos a la fotografía adjunta, donde no se ve un solo árbol, estamos ante un claro ejemplo que confirma mi teoría de que el hombre, es el ser más apocalíptico que ha pisado este desgraciado planeta llamado Tierra.

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2 de mayo de 1808: Madrid desafía a Napoleón

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El 2 de mayo de 1808 las clases populares de Madrid se levantaron contra la ocupación francesa. La rápida expansión del motín por toda la ciudad y la brutal represión ejercida por las tropas francesas hizo que la sublevación se propagase por todo el país, dando inicio a la Guerra de Independencia.






El secuestro de un niño que enfurece al pueblo

Los madrileños se agolparon a las puertas del Palacio Real a primera hora de la mañana del 2 de mayo de 1808. El pueblo sospechaba que los franceses querían raptar al hijo menor del Rey Carlos IV y María Luisa de Parma, el infante Francisco de Paula. Entre la multitud se encontraba José Blas de Molina, que al grito de "¡Traición! ¡Que nos lo llevan! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todas las personas reales! ¡Muerte a los franceses!" comenzó un levantamiento que se extendió por Madrid como la pólvora. 

La carga de los mamelucos

Francisco de Goya representó en esta pintura la ira del pueblo madrileño y la lucha que ejerció contra el ejercito francés. En el centro de la obra puede verse como un mameluco (mercenario egipcio bajo las órdenes del ejército francés) cae muerto en plena batalla. El pueblo se enfrenta a estos soldados con cuchillos y palos, mientras los invasores intentan huir rechazando el ataque. 



Daoíz y Velarde, héroes de Madrid

Daoíz y Velarde, héroes de Madrid

Este óleo de Joaquín Sorolla representa la defensa del parque de artillería de Monteleón durante el levantamiento del 2 de mayo de 1808. En el centro de la imagen se ve al artillero Pedro Velardeen el momento de ser abatido. A su izquierda se encuentra Luis Daoíz dando órdenes malherido, mientras a sus espaldas lucha el pueblo de Madrid con armas improvisadas.