La fiesta del cordero (denominado en árabe como Eid al Adha, cuya traducción literal es celebración del sacrificio) es el día grande del año para todos los musulmanes del mundo, comparable con la celebración de la Navidad para los cristianos.
Al estar basado, como el resto de las festividades musulmanas, en un calendario lunar, varía cada año. En concreto, se celebra justo 70 días después del fin del Ramadán.
En el 2019 se celebró el 12 de Agosto, y cada año que pasa se retrasa sobre nuestro calendario gregoriano, aproximadamente, 11 días (de forma que en el 2020 se producirá probablemente el 30 de Julio).
Orígenes
Esta festividad conmemora el pasaje, recogido tanto en la Biblia como en el Corán, en el que Dios solicita a Abraham sacrificar a su hijo Ismael como un acto de obediencia hacia él. Cuando está a punto de llevar a cabo el sacrificio, Dios interviene para proporcionarle un cordero que será el animal que servirá como ofrenda y evitará la muerte del primogénito.
Es, en esencia, una historia que recuerda que una vida bajo los preceptos de la religión implica un sacrificio continuo, pero que también proporciona momentos de gratitud.
En qué consiste
Para la celebración se sacrifica una vaca o un cordero por parte de las familias. Normalmente es el jefe de familia el que lo lleva a cabo, si bien cada vez es más común contratar los servicios de un matarife.
El ritual lleva implícito una serie de indicaciones cuyo fin es evitar, en la medida de lo posible, el sufrimiento del animal, como que debe realizarse un corte limpio que provoque la muerte súbita.
Pero lo más interesante viene dado por su carácter comunitario, ya que sólo pueden conservar un tercio de lo que se obtenga, ofreciendo lo restante de forma altruista entre familiares, amigos, vecinos, además de una cuarta parte como mínimo para personas sin recursos.
La fiesta dura dos días enteros y también es habitual, dentro del ambiente de la ofrenda, otras acciones como regalar a los niños vestimentas y zapatos nuevos.
No obstante visto bajo un prisma occidental puede llegar a herir sensibilidades: la mayoría de las ocasiones, los sacrificios tienen lugar en plena calle o en los patios de las casas. De hecho, es muy habitual ver la piel del animal colgado en las puertas de las casas para dar fe de que el rito se ha llevado a cabo.
Una celebración de buen ambiente y de generosidad
Es costumbre que durante las dos jornadas de esta celebración los musulmanes acudan a la mezquita a orar ataviados con sus mejores trajes. Luego, la comida suele realizarse en unas zonas abiertas, denominadas musallas, a las afueras de la ciudad.
En síntesis, y situándola en su contexto, la fiesta del sacrificio es una celebración en la que prima el buen ambiente y la generosidad y que sirve como pretexto para unir a las familias y los pueblos, fortaleciendo los lazos comunitarios.
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